El desamor de Jonás Trueba

El cineasta madrileño inunda San Sebastián de nostalgia con su cuarta y delicada película, 'La reconquista'

Jonás Trueba, en San Sebastián, donde ha presentado 'La reconquista'.

Jonás Trueba, en San Sebastián, donde ha presentado 'La reconquista'. / periodico

OLGA PEREDA / SAN SEBASTIÁN

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El DNI de Jonás Trueba (Madrid, 1981) confirma que se llama Jonás Groucho Trueba. Le ha causado algún problema en aeropuertos, con personal de compañías que no entienden bien el nombre. Pero él no se lo quita "por nada del mundo". Sus padres -el cineasta Fernando Trueba y la productora Cristina Huete- se lo pusieron en honor al hermano Marx. Y ahí se queda.

La última vez que Jonás estuvo en el festival de San Sebastián lo hizo bajo la batuta de su padre en 'El baile de la victoria' (2009), cuyo guion escribieron juntos. Antes también había estado en el certamen como guionista de 'Vete de mí'. Ahora Jonás vuela solo. Presenta en la sección oficial su cuarta película como director, 'La reconquista', una cinta perfecta durante su primera hora (después no lo es tanto). En ella, cuenta el reencuentro entre un chico y una chica que, de adolescentes, se prometieron adoración eterna en cartas de amor de esas que ya nadie escribe. El idilio se rompió, cada uno hizo la vida por su cuenta, pero ahora vuelven a estar frente a frente. Aunque solo sea por una noche.

ESCRIBIR CARTAS A MANO

Jonás, de jovencito, también escribía cartas. A mano. Y las mandaba a sus amigos. Diarios no tenía tantos. A él le gustaba más la vivencia epistolar. En esa época era un chaval que vivía en casa de sus padres, un estupendo chalet en un barrio residencial de Madrid en el que creció rodeado de libros, películas y tertulias con directores, guionistas y novelistas. Esa estupenda casa con piscina ya no le pertenece. Su mundo está ahora en un piso ubicado en el centro de Madrid. En cafés, librerías de viejo y calles que le apasionan y a las que rindió homenaje en su primera película: 'Todas las canciones hablan de mí' (2010), una reflexión sobre el amor en la que dejaba claras sus afrancesadas referencias fílmicas.

El título de director no se gana con la primera película. Hay que esperar a la segunda. O a la tercera. Después de 'Todas las canciones hablan de mí', Jonás -que también se dedica a enseñar a los estudiantes de Primaria la importancia del cine y la creatividad- montó su propia productora con un grupo de amigos. Trabajaron en ratos libres durante siete meses y rodaron, con dos duros, 'Los ilusos'. En blanco y negro y con una cámara vieja. Tampoco esperó a las consabidas subvenciones para su tercer largo, filmado en 12 días de viaje: 'Los exiliados románticos' (2012), premio especial del jurado en el festival de Málaga. Jonás cargó la película bajo el brazo y se pateó, literalmente, todas las plazas, realizando una especia de gira veraniega, con coloquios incluidos.

'La reconquista' se estrena el 30 de septiembre en los cines después de competir por la la Concha de oro en San Sebastián y dejar claro cula es la marca de la casa: nostalgia, melancolía y el amor (mejor dicho, el desamor) como gran tema de su filmografía. Al joven cineasta ("ya no soy tan joven, que conste", puntualiza) le cuesta definirla. "Para mí es una película sobre la dificultad de estar a la altura de las palabras que uno escribe en un momento dado". Palabra de Jonás Groucho.