SETMANA DEL LLIBRE EN CATALÀ

'La Noria' de Luis Romero vuelve a girar

La editorial Comanegra recupera la olvidada novela que ganó el Premio Nadal en 1951 e invita a 12 autores a recrearla en la Barcelona del 2016

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dgmateu35404475 luis romero160906140521 / Fotografía de Català-Roca cedida por la familia Romero

DAVID GARCÍA MATEU / BARCELONA

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La noria gira y los viajeros que albergan sus 37 cabinas (o capítulos) ascienden, llegan a lo más alto y descienden. El movimiento no se detiene. Las sensaciones y emociones de sus inquilinos tampoco. Enlazar el constante flujo de historias humanas que se suceden sin un protagonista definido fue lo que llevó a Luis Romero a alzarse con el premio Nadal en 1951. Ahora la editorial Comanegra es la responsable de conectar esa Barcelona que describía el novelista en 'La Noria' con la visión de 12 autores contemporáneos en 'Gira Barcelona'. El resultado se ha presentado en la Setmana del Llibre en Català.

Luis Romero plasmó en su novela la vida de los barceloneses a lo largo de toda una jornada. 24 horas en 280 páginas, reproducidas ahora en litografía. Hizo a los ciudadanos personajes de su relato, pero no otorgó a ninguno de ellos el protagonismo absoluto. Lo mismo que los 12 autores (entre ellos, Ramon Solsona, Jordi Puntí, Berta Noy, Jordi Nopca y Llúcia Ramis) que han recogido el testigo que dejó Romero en los 50 y que han adaptado el estilo original al escenario de la Barcelona del 2016.

65 AÑOS DESPUÉS Y POCAS DIFERENCIAS

La postal de Barcelona en 'La Noria' de Romero, como en las colaboraciones de 'Gira Barcelona', no es especialmente amable. Se trata de una estampa crítica. "Algo perfecto para conocer la ciudad desde un retrato muy profundo y real", opina Gerard Guix, escritor y responsable de uno de los capítulos. La escritora Najat El Hachmi añade que, "por muchos años que hayan pasado, muchas de las miserias continúan siendo las mismas".

"Hay muchos cambios en el nivel moral de los personajes, pero sigue habiendo las mismas obsesiones, faltas y delitos", explica Guix. "Como yo vengo del mundo del teatro, del cine y también de la literatura, quise retratar los momentos de esos personajes artísticos perdidos; de ese mundo en el que los jóvenes quieren ser directores y menosprecian la experiencia o la sabiduría de la gente mayor -apunta el escritor-. Retratar la modernidad de la Barcelona 'hipster' y abierta culturalmente, pero también a su menosprecio y superioridad".

Al juicio comparativo, el hijo del autor original, Javier Romero, suma la siguiente apreciación: "En la novela de 1951 aparece una persona que hace el trayecto desde Sant Gervasi hasta la Rambla andando para ahorrarse la peseta del bus o tranvía; en 'La Noria' actual nos encontramos con una persona que, como se le ha acabado la tarjeta, se tiene que abstener de ir en autobús". Han pasado 65 años y "nos encontramos exactamente en la misma situación".

OLVIDO LITERARIO

La apuesta de Comanegra de lanzar dos libros en un mismo 'pack' gusta tanto a los colaboradores como a Javier Romero. "No han tratado solamente de poner 'La Noria' de nuevo en circulación, sino que también la han enriquecido" con el volumen 'Gira Barcelona', aprecia Romero. Este segundo libro "evidentemente tiene otro tono, pero es el contraste lo que aporta más atractivo a la propuesta literaria", destaca el hijo de Luis Romero.

Desde el prólogo, la escritora y periodista Marina Espasa apunta que la propuesta es "una forma de darle vida a un texto que podría parecer muerto". Un olvido literario que se atribuye principalmente a la alineación de Luis Romero con el bando franquista en la Guerra Civil. Etapa de la vida del escritor que su hijo rebaja a anécdota biográfica, ya que supuestamente Luis Romero rompió con las ideas del régimen al volver de la División Azul. "Si uno lee su creación literaria, verá que no hay ninguna ideología detrás", subraya Romero. "Además, entre los años 50 y 55 escribió tres novelas en catalán, lo que en aquella época era casi como una militancia".  

"Lo que sí que es relevante -añade- es saber que fue inspector de seguros". Un trabajo que le permitió "entrar en contacto con todas las capas de la sociedad", lo que más tarde "se reflejó en su literatura".. Desde el punto de vista literario, para Guix, el ostracismo de Romero "acaba siendo muy triste, porque lo que tendríamos que valorar es la calidad artística de una novela, no dejar que la vida personal del autor acabe generando su olvido".