AVENTURA EN FORMA DE LIBROJUEGO

El libre albedrío de Víctor Escandell

El ilustrador publica 'El niño Nada', cómic de espectacular despliegue gráfico en el que destripa con cinismo la vacía sociedad occidental

Doble página de 'El niño Nada', el nuevo cómic del dibujante e ilustrador Víctor Escandell.

Doble página de 'El niño Nada', el nuevo cómic del dibujante e ilustrador Víctor Escandell. / periodico

ANNA ABELLA / BARCELONA

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Protagonizado por "el perdedor compulsivo más célebre del mundo" y porque, parafraseando a Groucho Marx, "partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de la miseria", el ilustrador y dibujante Víctor Escandell (Eivissa, 1971) lanza otra de sus propuestas más personales en cómic, 'El niño nada' (Bang Ediciones), un espectacular experimento con un impresionante despliegue gráfico y con cuya estructura evoca aquellos librojuegos juveniles de los 80 de 'Elige tu propia aventura' que tanto le divertían de niño. 

Es el lector quien va escogiendo en cada capítulo por qué página seguir y gracias al 'prueba-error' va agotando caminos, avanzando y retrocediendo, en una odisea delirante, contemporánea y repleta de ironía, en la que acompaña al niño Nada hasta Ítacadestripando la decadente sociedad de hoy día con mirada crítica. "Es una interpretación muy libre y antagónica de la historia del héroe Ulises -explica Escandell-. He usado los nombres de los personajes de la 'Odisea' (el cíclope Polifemo, Penélope o su pretendiente Antínoo...), que me ha servido de guía, pero he creado un antihéroe". El cómic, de gran formato, está lleno de guiños al relato de Homero pero se aleja de él para describir cómo el propio autor ve la situación actual. "He dicho todo lo que quería sobre el mundo occidental, siempre con cinismo, como una declaración de principios".    

Rara avis, Escandell, aunque sí alimenta un blog, no tiene tele, huye de los móviles (hace apenas unas semanas que lo usa y solo porque durante una temporada deja Barcelona por Madrid), de "la esclavitud de las redes sociales" y de las presentaciones de sus libros ("un pintor abstracto no sale a explicar su obra...", se excusa). Y se resiste, por esos mismos principios, al "autobombo". Esas "paranoias" las refleja en 'El niño Nada', con alusiones sarcásticas como "En el país de los ciegos el Twitter es el rey" o "Facebook nuestro que estás en los cielos". 

"LA CENSURA DE LA PUBLICIDAD"

"El personaje es un perdedor, una persona vacía, manipulada por el entorno, pendiente de las marcas, cuyos logos aparecen por todo el libro. La publicidad está en todas partes, en este mundo todo depende de lo comercial, estás atado a la censura de la publicidad. ¡Pero si la estación de metro de la plaza del Sol se llama Vodafone Sol! ¡Al final nos pagarán por poner su nombre a nuestros hijos!", señala, y  denuncia que "todo es superficial, la esencia está poco valorada y solo cuenta la cantidad, no la calidad".          

No se escapan a su disección los 'shows' en los medios de comunicación. "'El 'show' de Truman' o la película de los 70 'Network' eran en su día futuristas pero son la realidad actual -opina-. Además, tenemos un exceso de información que, al menos yo, no tengo tiempo ni capacidad mental para asumir. Hay vida más allá. No pasa nada por no estar al día de todo. Puedes ser feliz sin ello".

Escandell ha trabajado cada viernes durante un lustro en 'El niño Nada'. El resto de la semana se centra en las ilustraciones que le "dan de comer", pero, como hizo con otro de sus "experimentos", 'Sinsonte' (2010), ese día da rienda suelta a una apabullante libertad creativa hasta que da forma a un libro, y es cuando lo tiene totalmente terminado en digital cuando lo presenta a las editoriales. "'El niño Nada' es mi reivindicación del multiestilo como forma de autoría porque parece que si no tienes un estilo reconocible pierdes valor. Me gusta trabajar muchos estilos distintos, ir cambiando, investigar, inventar, asumir el reto de hacer algo nuevo cada vez". Un trabajo ingente que la editorial estudia mostrar en una exposición que podría itinerar.

SIN AUTOCENSURA

La historia, que cabalga por Nueva York, Las Vegas, Venecia, Londres..., está plagada de referencias: "Nunca máis", 'Sé lo que hicisteis el último verano', canciones de Nino Bravo, Albert Pla o Serrat, el 'Sol solet', dichos catalanes como 'de pa sucat amb oli' o 'no tot són flors i violes', el 'Guernica' de Picasso, los 'Desastres' de Goya o el 'Poderoso caballero es don Dinero', de Quevedo. "No son buscadas, es un juego muy personal, autobromas, mis referentes cotidianos sin autocensura, porque el libro ha sido mi forma de liberarme del trabajo diario durante cinco años". Es, como el punto culminante del relato, resultado del "albedrío".