FESTIVAL DE CAP ROIG

The Corrs, en una eterna juventud

La banda irlandesa descongeló su pop con sabor celta en Cap Roig fundiendo su viejos 'hits' con el notable material del nuevo disco, 'White light'

The Corrs

The Corrs / periodico

JORDI BIANCIOTTO / CALELLA DE PALAFRUGELL

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Aparecieron The Corrs, este lunes en Cap Roig, como salidos del congelador, con sus agradables cantos pop y sus cenefas célticas, sus voces armónicas y la grácil presencia de su solista, Andrea Corr. Nadie habría dicho que habían pasado diez años desde que la banda irlandesa desapareció discretamente de los escenarios.

Porque en su nuevo disco, 'White light', no trata de sonar más oscura, ni más 'roots': son los mismos The Corrs que entonces, con canciones pop de esbeltas melodías, perfectamente empaquetadas para una FM que ya no existe, como 'I do what I like', que abrió la noche. Su regreso no es, en fin, puro 'revival': interpretaron seis piezas del nuevo disco que no hicieron un papel de relleno.

Andrea Corr se movía dando saltitos a su forestal manera, con su voz fundida con la de Sharon, entre generosas capas de efectos, y poniéndose cortés para declarar que era "un plaer" esta allí. Cautivada por el paisaje de Cap Roig y quizá recordando que no hubo país en el que The Corrs acumulara tantos números uno como España, seis entre 1997 y 2004. Como 'What can I do' y 'Radio', que sonaron en el tramo inicial.

TIEMPO MELANCÓLICO

El toque céltico venía limitándose a detalles, el dibujo del violín de Sharon en 'Give me a reason' o la flauta de Andrea en 'Forgiven, not forgotten', si bien a medio concierto la banda abrió un claro en el bosque, un ciclo semi-acústico con la instrumental 'Lough Erin shore', un 'Runaway' con equipaje de mano y dos estimables novedades con narrativa honda: 'With me stay', inspirada en el padre de los Corr, Gerry, fallecido el año pasado, y 'Ellis island', sobre la memoria migratoria. Intenso momento volcado hacia adentro que Andrea dilató con 'Buachaill ón Éirne', cantada en gaélico irlandés.

Luego, el camino hacia la fiesta de despedida con su casi discotequera versión de 'Dreams', de Fleetwood Mac, y ese 'So young' que acaricia las estrellas: "Una canción sobre la inmortalidad", presentó Andrea. "Porque somos jóvenes, somos jóvenes ahora / y cuando el mañana venga, volveremos a hacerlo todo otra vez", cantaba a los 23 años, y ahora, a los 42. Y en los bises, el álgido pop de 'White light' y 'Breathless', y la instrumental 'Toss the feathers', volviendo a las raíces, volviendo a casa.