Jane Birkin, la musa eterna

"Francamente, no sé qué hago aquí", asegura Jane Birkin, para nada indignada sino tan solo gratamente sorprendida, horas antes de recoger el premio que el Festival de Locarno (Suiza) le concede este año en honor a su trayectoria cinematográfica. Nunca antes había recibido reconocimiento alguno como actriz, confiesa, y le parece lógico. De entrada, porque el cine en realidad nunca fue una prioridad para ella. "Nunca me sentí una profesional de la interpretación. He hecho unas 80 películas, sí, pero apenas 10 de ellas valen la pena. El resto es basura".

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En segundo lugar porque, a pesar de haber trabajado para directores como Jacques Rivette, Michelangelo Antonioni y Agnès Varda, Birkin es consciente de que durante toda su vida se la ha definido menos por su propia personalidad artística que como musa del cantautor Serge Gainsbourg. "Pero, ojo, ser su musa no es lo mismo que ser su marioneta", matiza. "Y en todo caso qué más da, si él escribió para mí algunas de las canciones de amor más bellas jamás escritas".

POLÉMICA Y ESCÁNDALO

La británica conoció al francés en 1967 durante el rodaje de 'Slogan' (ella tenía 21 años, él 40), y poco después se mudó a París junto a él. "Una noche le dije que me volvía a Londres, porque ya había sido una esposa florero antes y no quería volver a serlo". Birkin estuvo casada previamente con el compositor John Barry. "Pero entonces Serge se puso a llorar como un niño y no paró hasta la mañana siguiente. Era un hombre muy dramático".

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A pesar de que ya había aparecido completamente desnuda en 'Blow Up' (1966), la polémica que aquello provocó no fue nada comparada con el escándalo que ella y Gainsbourg provocaron en 1968 cantando a duo 'Je t’aime... moi non plus', que el francés había grabado originariamente junto a su exnovia Brigitte Bardot. "De repente me convertí en un icono de la transgresión y me pareció la mar de divertido porque, tal y como yo lo recuerdo, seguía siendo una ingenua idiota".

Juntos permanecieron hasta que, después de 13 años y una hija (la actriz Charlotte Gainsbourg), la adicción de él al alcohol destruyó la relación. Sin embargo, Birkin confiesa permanecer anclada a esa época. "Serge murió hace 25 años y pienso en él a diario. Vivo rodeada de fantasmas". De hecho, acaba de iniciar una gira de conciertos en la que interpretará versiones orquestadas de canciones del mítico 'crooner'. Cantar es, reconoce, la única de sus facetas artísticas a la que tiene previsto seguir prestando atención. "No creo que vuelva a hacer cine jamás. Ya no forma parte de mi vida. Y con el tiempo ver mi rostro en una pantalla se ha convertido en algo insoportable".