RECUPERACIÓN

255 mecenas para restaurar 'El Violinista' de Gargallo

El éxito de la campaña de micromecenazgo del MNAC permitirá que la escultura de plomo y madera vuelva a lucir en las salas del museo

El violinista, la escultura de madera y plomo realizada por Pablo Gargallo en 1920.

El violinista, la escultura de madera y plomo realizada por Pablo Gargallo en 1920. / periodico

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La 'enfermedad', un grave problema de corrosión, además de una deformación fruto de un fuerte golpe, que afecta a 'El violinista' de Pablo Gargallo, única escultura que el artista realizó en madera y plomo, podrá ser 'curada' gracias al éxito logrado por la campaña de micromecenazgo, iniciada el pasado abrilcampaña de micromecenazgo, que ha recaudado los 46.000 euros necesarios para afrontar su reparación y para que la obra pueda volver a lucir en las salas del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), donde permanece en custodia desde 1920.

Un total de 255 personas se han convertido en mecenas de la escultura, siendo un 80% de ellos miembros de la Fundació Amics del Museu Nacional y muchos gente anónima que ha depositado su contribución en una urna instalada en el vestíbulo del MNAC. Las aportaciones van desde los 10 a los 7.000 euros 

En mayo también ayudó la colaboración de la Escola Superior de Música de Catalunya (Esmuc), que ofreció unos conciertos en la sala de la Cúpula del museo, destinando los beneficios a la campaña. 

MÁS DE MEDIO AÑO DE TRABAJO

Esta es la tercera campaña de este tipo que impulsa la fundación, siempre con el objetivo de "afrontar una restauración singular que promete ser emblemática". Será el departamento de Conservación preventiva y restauración del MNACel que dirigirá los trabajos para conservar 'El violinista', que pueden durar más de medio año. La intervención es compleja y se realizará en tres fases, usando tecnologías industriales como escaneos e impresiones digitales en 3D, fresados numéricos o tratamiento de las planchas de plomo en un reactor de plasma de hidrógeno. 

Los problemas de corrosión de la obra de Gargallo, detectados en el 2010, se originaron, según el museo, por "la incompatibilidad entre los materiales de que está hecha, plomo y madera, la única vez que Gargalló empleó los dos elementos juntos".