Vitoria, familias y asesinos en serie

Eva García Sáenz de Urturi presenta su cuarta novela, una historia de címenes y relaciones familiares

Eva García Sáenz de Urturi.

Eva García Sáenz de Urturi. / periodico

SONIA ÁVILA / BARCELONA

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Como un laberinto con distintos caminos pero una sola salida, Eva García Sáenz de Urturi ha construido una historia policiaca en que la psicología del asesino cobra la misma importancia que las emociones del detective para cuajar un relato negro más humano. Se trata de "El silencio de la ciudad blanca" (Planeta), donde la autora experimenta por primera vez el género de la novela negra después de escribir tres novelas fantásticas e históricas.

El relato ocurre en Vitoria, ciudad natal de la escritora. Allí se tejen una serie de asesinatos ocurridos hace 20 años con nuevos crímenes de características similares. Un juego entre el pasado y el presente. En medio, unos hermanos gemelos que por las circunstancias de la vida llevan caminos distantes. Uno es el policía responsable del caso y el otro un antropólogo encarcelado por las muertes de hace años. Parecen antagonistas, pero los une un lazo de sangre.

García Sáenz de Urturi detalla que no solo se trata de una novela policiaca, sino en el fondo aborda asuntos que siempre la inquietan, como las relaciones familiares o los triángulos amorosos sin resolver. “Cada novela tiene una premisa dramática y un género propio, pero cuando uno ya tiene varias novelas se da cuenta de que hay temas comunes, en mi caso es la familia”, añade.

UN MICROCOSMOS CRIMINAL

La escritora vasca encontró en la novela negra un microcosmos que tiene su origen en la realidad pero puede explotar desde la ficción. Y este interés inicial se convirtió en un reto. “Primero hice una larga documentación histórica de la ciudad, y después me interesaba la psicología del criminal, y realicé dos cursos en academias de policía”, explica. El resultado fue una secuencia de asesinatos narrados con tal precisión que podrían surgir de un reporte real de la policía, y de criminales comunes que en cualquier día podrían aparecer en la prensa.

Pero de la realidad solo tomó el ambiente social y arquitectónico de Vitoria. El resto es ficción. El asesino es un hombre inteligente que perfecciona sus atrocidades. Lleva siempre la delantera al policía. Su único objetivo es vengar la violencia de la que fue víctima en su juventud. El policía es un hombre con sufrimientos, que narra desde el estado de coma ocasionado por una bala en el cerebro. “Yo quería crear no solo a un policía o asesino sino a seres humanos. El policía es una persona que se profesionalizó en perfiles pero le viene grande el caso como a cualquier otro”. Un laberinto negro con muchas rutas.