Ferran Sáez, contra las tonterías 'mainstream'

'Estranya forma de vida', el breviario de uno de los últimos anarcoliberales catalanes

VICENÇ PAGÈS JORDÀ

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En la entrada 'sistema' de este libro, Ferran Sáez Mateu (la Granja d’Escarp, 1964) constata que los sistemas filosóficos del siglo XIX nacían para compensar las deficiencias higiénicas de la época. En pleno siglo XXI, las ideas pueden ser ordenadas de forma más adecuada gracias al recurso azaroso del diccionario, que el autor denomina 'breviario'.

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Aunque 'Estranya forma de vida' no exponga un sistema, no es difícil detectar en él una jerarquía. En la cúspide encontramos tres conceptos negativos, las variantes de los cuales el libro entrelaza en diferentes ámbitos: las masas, la vulgaridad y “la immensa catàstrofe intel·lectual anomenada romanticisme”. Después de leer el breviario, entiendo que si a Ferran Sáez le fascina la viola de gamba no es solo por la riqueza de los armónicos, sino también porque simboliza cómo era la música antes de la aparición de las audiencias masivas.

'Estranya forma de vida', que mantiene un delicado equilibrio de observaciones, sueños, pensamientos, citas, episodios históricos, ejercicios literarios, 'boutades' y recuerdos personales, se lee con placer por dos motivos. En primer lugar, porque está escrito con gracia, es decir, que es preciso, imprevisible y juguetón. En segundo lugar, por la provocación sistemática (ahora sí), entendida tanto como la exposición de reflexiones sólidas pero poco habituales como la extrañeza con que el autor presenta fenómenos que vivimos cada día. En este sentido, no es casual que uno de los sustantivos más utilizados en el libro sea “imbecil·litat”.

El autor asegura que el nazismo es el primer movimiento vinculado a la mentalidad 'alternativa', es decir, al naturismo, el orientalismo y el esoterismo. Detractor de la cultura pop como compendio de la masificación decadente del romanticismo, Ferran Sáez condena tendencias tan consolidadas como la dieta mediterránea, la vehemencia asamblearia, la figura del discrepante profesional, la vanguardia subvencionada, el escepticismo banal, las redes sociales, la homeopatía, el turismo y el deporte.

Este breviario no gustará a los abuelos que se consideran más jóvenes y rebeldes que sus nietos, pero complacerá a los detractores del gregarismo y de las tonterías 'mainstream'. El autor, doctor en filosofía, viene a ser uno de los últimos anarcoliberales de Catalunya (Valentí Puig sería el otro). Si no recordásemos el sitio de Sarajevo, le podríamos aplicar un término que hace décadas era un elogio intelectual: francotirador.