Jodie Foster: "Sigo creyendo en el capitalismo"

La actriz estrena su cuarta película como directora, 'Money monster', trepidante relato de la crisis financiera y el periodismo espectáculo

Jodie Foster, en madrid, donde presentó su cuarta película como directora, Money monster.

Jodie Foster, en madrid, donde presentó su cuarta película como directora, Money monster. / periodico

OLGA PEREDA / MADRID

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Cuando Scorsese reclutó a Jodie Foster para 'Taxi Driver', le puso en contacto con una prostituta real. El director quería que la niña actriz (por aquel entonces tenía 14 años) aprendiera todos los gestos de la meretriz. Lo único que Foster le copió fue el movimiento para quitarse las gafas de sol. El resto, se lo sabía de memoria. No le hacía fatal una maestra. Foster, que tenía 3 años cuando se puso por primera vez delante de una cámara hacer anuncios de Coppertone, era un prodigio y se lo sabía todo. Ahora, con 53 años y habiendo dejado relativamente clara su homosexualidad, la estadounidense ha conseguido tener voz propia e independiente en Hollywood. Tanto como actriz como directora.

Tras tres películas en las que narraba sus propias obsesiones, Foster estrena este miércoles su cuarta cinta como realizadora: 'Money monster', trepidante 'thriller' en el que un joven arruinado por la crisis amenaza con matar en directo a un periodista televisivo especializado en economía (George Clooney) al que le interesa más el espectáculo y la audiencia que la información rigurosa. Serena, prudente, culta e inteligente, Foster es de los pocos 'talents' que mira a los ojos a los periodistas. Le interesa lo que le preguntan.

El cine ha dedicado mucho espacio a la crisis, tanto en documental como en ficción. ¿Cree que el cine ha ocupado un sitio que debió ser ocupado, en su día, por el periodismo? El cine siempre ha mezclado arte y realidad. Tiene el poder de ser un espejo y de reflejar la vida. Mientras, el nuevo periodismo ha perdido el norte. El protagonista de 'Money moster' (George Clooney) es banal y egocéntrico. Es un 'showman' que ha perdido sus raíces y identidad como periodista. Solo le interesa tener más y más audiencia.

Hasta que un ciudadano normal toma medidas desesperadas. ¿El capitalismo feroz ha terminado devorando a la gente? El personaje al que da vida Clooney no es una crítica al capitalismo. Yo sigo creyendo en el capitalismo, pero lo que ha ocurrido es que se ha desviado de su objetivo. La intención del capitalismo es ayudar a las personas. Es lo que permite que alguien pueda montar su propio negocio o pedir un crédito para que sus hijos vayan a la universidad. De eso se trata el capitalismo y no para que los multimillonarios tengan beneficios indecentes para asegurar la vida a veinte generaciones de descendientes. Pero, vamos, yo no me dedico a la política. Y esta película tampoco. No soy portavoz de ninguna causa. Lo que me gusta es el cine y dejar que sean los personajes los que hablen. Que cada espectador saque sus propias conclusiones.

El personaje de Clooney está arropado por la productora del programa, a la que da vida Julia Roberts. Vaya dos estrellas. Ha sido una suerte trabajar con ambos. Comparten pocos planos porque casi toda su relación es mediante un receptor auditivo por el que la productora da instrucciones al presentador sobre qué hacer una vez que el delincuente entra armado en el plató. Los dos tienen una química inexplicable que hace que estén unidos a pesar de esa distancia.

Clooney se marca un baile muy divertido al empezar el programa. Como directora, ¿le ordenó que fuera payasete? No, se le ocurrió a él. Se soltó y se desmelenó. Eso ayuda a conocer a su personaje, un tipo que sale al plató rodeado de bailarinas. Todo con tal de vender su producto. sabía donde se metía. No tiene problemas en burlarse de sí mismo. Es muy valiente. Lo que le interesó del proyecto fue, precisamente, la evolución de un tipo que empieza como superficial y se convierte en un ser humano.

Usted, como actriz, ha trabajado con muchos y grandes directores. ¿Quién le ha influido más? Uy, no sé. A ver, a David Fincher le debo todo lo que he aprendido técnicamente. Además me enseñó a seguir mi instinto. De Robert Zemeckis también aprendí mucho. Y de Neil Jordan heredé la obsesión de hacer cine desde las entrañas. En mis tres primeras películas como directora ['El pequeño Tate', 'A casa por vacaciones' y 'El castor'] narré mis obsesiones. En esta cuarta trato de responder una pregunta: ¿es posible realizar una película de calidad y que te haga pensar y que, al mismo tiempo, sea muy comercial y para todos los públicos?  ¿Es posible que yo sea reconocida como artista y no solo por ser la amiga de mis amigos?

La actriz Ellen Page se lamentaba recientemente que desde que hizo pública su homosexualidad le salen menos papeles. ¿Cree que eso es cierto? Ni idea. Llevo 50 años trabajando en cine y siempre ha sido difícil encontrar un buen papel, incluso para los animales. Ahora vivimos el peor momento porque los estudios tienen pavor al riesgo. Lo que se estila son las franquicias y los superhéroes y ese no es un terreno en el que puedan florecer conceptos como la diversidad y las mujeres. Realmente, los personajes más arriesgados los estamos viendo ahora en la televisión de pago. Pero creo que con 'Money monster' hemos algo atractivo, un 'thriller' de ritmo trepidante que, al mismo tiempo, te hace pensar. Un filme comercial e intelectual. Quiero pensar que esto es posible.