ENTREVISTA

Kiko Veneno: "Creértelo no te lleva a ninguna parte"

El músico, que ha publicado su primer disco en directo, 'Doble vivo', en el que repasa 40 años de carrera, actúa en Sant Cugat y en el Vida Festival

Kiko Veneno

Kiko Veneno / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Kiko Veneno vuelve a Catalunya para ofrecer dos conciertos, uno este jueves en las fiestas de Sant Cugat (plaza de Octavià) y otro el viernes en el Vida Festival, de Vilanova i La Geltrú. El autor de 'Volando voy' tiene nuevo disco, 'Doble vivo', dos compactos que recogen sendos conciertos, uno en solitario y otro con la formación Cordes del Món, en los que repasa sus 40 años de carrera.

¿Cómo es que no tenía ningún disco en directo? Antes, cuando encadenabas varios discos de éxito, hacías uno en directo. Pero como yo nunca he encadenado discos de éxito... Porque 'Está muy bien eso del cariño' ya no fue tan bien como 'Échate un cantecito'...

Pero vendió, ¿no? Vendía Rosana, ¡un millón de discos! A mí, después de un año y medio me dieron un Disco de Oro por 50.000. Pero el nuevo disco es raro. Yo empecé cantando solo mis canciones, y grabarlas en su intimidad es bonito. Y el otro disco es un lujo. Con violines, como los Beatles.

No es un 'grandes éxitos'. Hombre, la mitad lo son, ¿eh? Mire, 'San José de Arimatea' es un 'hit', ¡pregúnteselo a Sisa! 'Superhéroes de barrio', también. Y 'La casa cuartel', y 'Veneno'. 'Seré mecánico', no; 'La rama de Barcelona', regular... Pero hay bastantes, ¿eh?

El primer disco, ¿es un guiño a sus orígenes, solo con la guitarra, contando historias? ¡Entonces no hablaba yo tanto! Pensaba que la música era para no tener que hablar. Pero bajas la guardia y te conviertes un poco en payaso. Y eso ahora me gusta. Todo lo que puedas hacer para que la gente sonría es bonito. La música será importante, yo seré muy buen poeta, como dicen, que yo no me lo creo, pero...

¿No se lo cree? Creértelo no te lleva a ninguna parte. Y la música es importante, vale, pero me encuentro en una etapa en que me pongo a hablar con la gente, les cuento cualquier tontería y les hago reír un poco.

¿Por qué decía que le preguntara a Sisa por 'San José de Arimatea'? Es una canción del disco 'Veneno' (1977), como él sabe. Salen los pasos de Semana Santa, juntados con una canción de Gianni Morandi ['Fatti mandare dalla mama'].

Y menciona una piedra. ¿Marihuana? Puede serlo, claro, o la piedra filosofal. Sí, sí. Es una historia hippie y surrealista.

Las drogas también aparecen en 'En un Mercedes blanco'. Sí, ahí el trasfondo es el impacto de la heroína en el mundo gitano, en las clases marginales, el mundo que yo conocía.

Ahí habla de "cachitos de hierro y cromo", frase que se ha convertido en el título del irónico programa musical 'retro' de TVE. ¿Lo conoce? Sí, no me disgusta, pero me da pena porque es como el entierro de la música. Es constatar que hoy ya no hay nada que valga la pena y tienen que poner esas antiguallas para reírse un poco de ellas. Lo hacen con cariño, pero lo percibo como el fin de una época.

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Si dentro de 20 años alguien quiere hacer un programa con la música actual le costará encontrar material en los archivos. Porque no hay programas musicales. Es lo que querían. Sabían que estaban arruinando la música, cortando las posibilidades de que hubiera una música involucrada en la sociedad...

Pero la música existe, pese a todo. Sí. Es tan cercana y abstracta. Un jardín lo puedes oler; un edificio, ver, pero la música, ¿qué es? ¿Unas ondas en el aire que se van? Tiene esa magia de las cosas que se desvanecen inmediatamente.

El Niño de Elche, que canta en el disco, ¿es uno de esos artistas involucrados en la sociedad? Claro, es un renovador y un artista brillantísimo en la acción dramática. Desde que se murieron Camarón y Morente casi no hay nada que suene nuevo.  

¿El flamenco necesita una sacudida? Y la sociedad, y la democracia, y los canales de comunicación. Rocío Márquez es otra voz interesante. Y lo eran Las Migas. No se les hizo caso por machismo, por andalucismo...

¿Andalucismo? Desde Andalucía se niega la vigencia a lo que no es andaluz, y un grupo de mujeres tocando la guitarra, una catalana, otra francesa..., generó un rechazo. Sílvia [Pérez Cruz] sigue la mecha.

Tanto ella como El Niño alzan el tono sociopolítico. ¿Necesario hoy para ser un artista? Ellos lo son, pero lo relevante es su propuesta artística, que tiene una fuerza y una capacidad expresiva que va más allá.

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El segundo disco tiene mucho que ver con Catalunya: grabado en Apolo, en el ciclo 'Connexions', con las Cordes del Món; se abre con 'La rama de Barcelona' y se cierra con 'Un catalán muy fino'. Sí, hombre, yo tengo mucho cariño por esta tierra y más en estos tiempos de controversia. Yo intento acercar siempre. Tengo un contacto real con Catalunya, primos que viven aquí, y la conozco desde chico.

Con Raül Fernández, Refree, parece haber reconstruido el viejo diálogo Barcelona-Sevilla, de los años 70. De cuando Smash venían a casa de Pau Riba, sí. La historia de España es de una tensión entre Castilla, que impone su ley, y la periferia. Siempre ha existido y no está bien resuelta. Pero sigue habiendo una línea que sutilmente comunica las periferias.

El flamenco sufrió una utilización folclórica. Pero la música se ríe de todo eso. Franco puso unos carteles: "Se prohíbe el cante en los bares". Y dentro de 200 años nadie se acordará de él y seguirán los cantes. Y Falla, y las soleás y las bulerías de Jerez.