ENTREVISTA

Juan Diego Flórez: "Ahora canto el repertorio puro de Kraus"

El popular tenor debuta en el Festival Jardins de Pedralbes con un programa variado y que incluye el debut con una aria de Verdi

TENOR El peruano Juan Diego Flórez actuará el 14 de junio.

TENOR El peruano Juan Diego Flórez actuará el 14 de junio.

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / BARCELONA

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Tercera visita a Barcelona de Juan Diego Flórez en una misma temporada. Después de triunfar en el Liceu en su debut como Edgardo en ‘Lucia de Lammermoor’ y conquistar al Palau con un recital, el rey de los tenores líricos se presenta por primera vez en el Festival Jardins de Pedralbes. El artista, junto con la soprano Joyce El-Khoury y la formación Arts Symphony Ensemble, ofrecerá el martes un recital con lo más representativo de su repertorio. El cantante peruano, desde su casa de Viena, no oculta su felicidad por este regreso a una ciudad que ha disfrutado de sus grandes retos operísticos.

Estrena un atractivo escenario, pero tendrá que cantar al aire libre y con amplificación... No es un problema. Ya estoy habituado a desenvolverme en espacios abiertos. En Peralada también lo hice, aunque en aquel auditorio se puede actuar sin micrófonos. En los otros casos basta con que un buen técnico module el sonido para que no entorpezca la emisión de la voz natural...

¿Qué interés especial tiene el programa que ofrecerá en esta ocasión? Creo que responde al repertorio que estoy cantando actualmente. En el concierto, además de mis arias en solitario, hay interpretaciones que se ajustan a la voz de Joyce para que podamos compenetrarnos. La primera de estas opciones será un bonito dúo de ‘Romeo y Julieta’, que se presta muy bien para hacerla en concierto con una soprano.

Cada vez incluye más a Verdi en sus recitales... Sí, y le tengo que decir que en esta velada, además de ‘La donna é mobile’, voy a cantar por primera vez ‘La mia Letizia infondere’, bella aria de ‘I lombardi’ y que habrá un dúo de ‘La traviata’. No faltarán a la cita cuatro napolitanas recogidas en mi disco ‘Italia’ e hitos como ‘Una furtiva lágrima’, aparte de las propinas.

En su debut como Edgardo en el Liceu se acordó de Kraus, al que siendo estudiante había visto interpretar este papel en el Met. El ejemplo del maestro y referente, ¿le ha dado pautas a seguir? Es cierto que mi pasión por ‘Lucia de Lammemoor’ se encendió esa noche de 1993 y también que la forma de llevar su carrera me enseñó mucho, sobre todo a cuidar el repertorio. Pero su evolución y la mía no siempre han sido coincidentes. Él no cantó Rossini en sus inicios centrados en el ‘bel canto’ romántico y la ópera francesa. Yo sí comencé con el compositor italiano y, en cambio, ahora estoy interpretando las óperas del más puro Kraus.

Acaba de debutar en París con ‘Werther’, uno de sus éxitos... Este repertorio me llena mucho y me siento satisfecho porque mi horizonte se amplía de acuerdo con la evolución de mi voz. Es muy bonito experimentar con otro estilo y otras formas de manejar los sentimientos. Y estoy también estudiando óperas raras como ‘Los hugonotes’, que haré en Berlín,  e ‘Il templario’, que presentaré en Salzburgo. Son títulos que siempre me han interesado mucho.

¿Cómo compagina el estudio de nuevas obras con su apretada agenda y sus obligaciones familiares? Aprovecho todos los momentos. Cuando voy al gimnasio a correr sobre la cinta pongo mis partituras en el panel y las memorizo y lo mismo hago en el coche con la grabación de los ensayos con pianista. Rentabilizo al máximo los trayectos en avión para tener tiempo en casa y dedicarlo a mi familia. Mis hijos no me dan tregua y trato de disfrutar de esos momentos.

Sus niños aún son muy pequeños, ¿pero hay algún indicio de que sigan el camino artístico de su padre? Los dos son muy musicales. Leandro, de 5 años, está todo el día cantando y le gusta este arte. Lucía, que tiene dos, muestra un talento especial. Es impresionante oír cómo entona, cómo afina. Y eso desde que aún no tenía un año. Así que ella va para soprano y él para director de orquesta (risas).

Ha dicho que lo de Sinfonía por el Perú le llena y ocupa mucho... A la fundación le dedico tres o cuatro días a la semana. Me comunico con ellos o me desplazo a mi país y aparte hago conciertos para recaudar fondos. Tenemos 18 escuelas y más de 4.000 estudiantes de procedencia humilde que encuentran en la música una forma de desarrollo formativo. Telefónica se ha unido a esta empresa, lo que permitirá fusionar la tecnología digital con el proyecto educativo. No paramos de crecer.

Gardiner afirma que está usted en el mejor momento de su carrera... No le voy a desmentir. Este ha sido un gran año para mí, con cuatro roles nuevos. Estoy entrando a fondo en el repertorio francés, con papeles como Romeo o Guillermo Tell, sin abandonar el 'bel canto'. En Pésaro celebraré los 20 años de mi debut interpretando ‘La donna del lago’.

Hizo sus pinitos en el pop-rock. ¿Influyó esta etapa en su carrera? Mi aventura en este estilo acabó a los 17 años que fue cuando entré en el Conservatorio en Perú y después fui a Filadelfia y Nueva York, donde llegué a cantar en el metro. Pero siempre me ha gustado y en casa escucho sobre todo música suramericana. Me enriquece y la incluyo en mis recitales. A la gente le gusta mucho cuando saco la guitarra y canto algún tango o una ranchera.

Ha batido varios récords, como de ser el primero en hacer un bis con el aria de los nueve do de pecho. ¿Cantar en el sobreático vocal imprime carácter? Esos son momentos inolvidables, que marcan. Ni sabía que era el primero en repetir ‘Ah, mes amis’. También fueron importantes mi debut en el Met y en París, donde ocurrió lo mismo. En cuanto a lo de cantar alto, lo que simplemente indica es la facilidad para abordar un determinado repertorio.

¿Es tan romántico como indican algunas de sus arias? Bueno, yo soy Capricornio y soy romántico pero también pragmático.

¿Ha vuelto a jugar al fútbol después de la lesión que le hizo actuar en el Palau con una costilla rota? Sí, sí (risas), Tengo un partido a la vista. Pero no se preocupen. Aunque juego de delantero, sé cuidarme. Mire, me gusta este deporte y no soy especialmente de ningún equipo, pero me hizo mucha ilusión que, tras asistir a un partido del Barça, me regalaran una camiseta firmada por sus jugadores.