MUESTRA ÚNICA

El Settecento recala en CaixaForum Zaragoza

Una exposición de 45 obras de maestros como Canaletto, Tiepolo o Ricci, refleja la Italia del Siglo de las Luces

Óleo de Canaletto, que forma parte de la exposición 'Settecento', que puede verse en CaixaForum Zaragoza.

Óleo de Canaletto, que forma parte de la exposición 'Settecento', que puede verse en CaixaForum Zaragoza. / periodico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un viaje a la Italia del Siglo de las Luces, de Nápoles a Venecia, pasando por Roma o Génova, es lo que propone ‘Settecento’, la exposición que hasta el 13 de noviembre puede visitarse en CaixaForum Zaragoza y cuyas 45 obras maestras, de artistas como Canaletto, Tiepolo, Francesco Guardi, Sebastiano Ricci o Giuseppe Maria Crespi, reflejan una época de cambios en la sociedad y en el arte, entre el barroco y el neoclasicismo.  

La piezas de la muestra, comisariada por el historiador Ángel Aterido y que solo podrá verse en la capital aragonesa, provienen de las colecciones de arte italiano de los Museos Nacionales de Berlín y es la primera vez que llegan a España. La selección permite apreviar la evolución y variedad de la pintura italiana del siglo XVIII.

DE LAS VISTAS URBANAS A LA IMAGEN RELIGIOSA

La exposición, presentada este jueves, se distribuye en cuatro ámbitos temáticosvistas urbanas (conocidas como ‘vedute’), la representación humana, la forma de narrar la historia y la imagen religiosa. En la primera de ellas, se refleja cómo la Italia del momento, que estaba fragmentada en 18 estados independientes, todos ellos muy orgullosos de su historia e identidad cultural, se plasmaba en el arte con fisonomías urbanas únicas y personales. Muchas de ellas eran escala obligatoria en los viajes culturales que tan de moda estaban entre las élites europeas de la época. De todas, la escuela de Venecia fue la más famosa. 

En ámbito del ser humano enseña el ascenso de la burgesía y su incorporación al mercado artístico. La representación de lo cotidiano y la cercanía a la vida privada toman importancia y aparecen escenas de gente humilde, el juego amoroso y el teatro de las pasiones pero también ejercicios de fantasía, al estilo oriental y festivo.

Las historias y la transmisión de emociones entran en la nueva narrativa, de la mano de autores que buscan fórmulas más personales. Y las obras de tema religioso buscan una nueva forma de ser miradas y además de colgar de galerías de los coleccionistas se da importancia a los encargos para ser expuestas en lugares sagrados.