CRÓNICA DE MÚSICA

Mazoni, sueños eléctricos y bailables

El grupo de Jaume Pla presentó su disco en inglés '7 songs for an endless night' en Razzmatazz 2

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JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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El primer disco de Mazoni, ‘7 songs for a sleepless night’ (2004), era un disco para noches pasadas en soledad y en vela. El último se parece en el título y también está cantado en inglés, pero no puede ser más diferente: la melancolía ha dado paso al hedonismo, el pop ensoñador al dance-rock de músculo inesperado.

‘7 songs for an endless night’ se beneficia de la producción del británico Brendan Lynch, colaborador de Paul Weller y Primal Scream, entre otros grandes. Pero sus canciones no pierden fuelle ni densidad ni tensión en la traslación al directo, como quedó claro el viernes en Razzmatazz 2, en la actuación del grupo de Jaume Pla dentro del ciclo itinerante Curtcircuit.

Hemos dicho Razzmatazz 2, pero en el futuro no extrañaría ver a Mazoni plantados en Razz Club a altas horas de la madrugada. Ya desde el mismo arranque con ‘At war against’, cuya curiosa letra hace referencia a las antipatías mutuas entre medios de transporte en Barcelona, Pla pareció decidido a hacernos bailar, contagiarnos su energía sobre el escenario. “El Mazoni está guerrillero”, dijo una joven fan a otra. Forma precisa de explicar lo que se vio esa noche.

SOSIAS DE PRIMAL SCREAM

Vimos a Mazoni convertidos en sosias de Primal Scream: los coros soul disparados en ‘Quicksand’ hacían pensar en el disco ‘Screamadelica’, y a la altura de ‘Man in the shadows’, si cerrabas los ojos era como tener allí a los escoceses, solo que cambiando a Bobby Gillespie por Richard Hawley; en este tema canta Pla en modo crooner. En otro, ‘Pull up the roots’, el de La Bisbal se atrevió con el 'beatbox'. Vimos a un líder muy móvil en las novedades, pero también en 'oldies goldies' como ‘Eufòria’, ‘La promesa’ o, ya en el bis, ‘La granja de la Paula’. No faltó el keytar, mezcla de teclado y guitarra cuya aparición en escena es promesa de música divertida. Faltó Núria Graham para ‘Never push a sailor’, pero Laia Vehí ejerció de notable relevo en una versión, si cabe, aún más dinámica.

Hubo también espacio para temas melancólicos, pero menos: algún rescate del primer disco como ‘Golden cage’ y la menos fácil de oír en vivo ‘On sundays’, y poco más. El apartado retrospectivo fue aún más atrás en el tiempo para acoger ‘Summer bugs’, de Holland Park, el grupo en el que cantó Pla antes de Mazoni.

En su papel de teloneros, el power duo Cala Vento sacudió corazones con sus melodías intensas, furia punk/post-hardcore y letras sin miedo al amor. Los amantes de los Nueva Vulcano más sobrecogedoramente pop deberían echarles una oreja.