ESTRENO

'La bruja', un terror lento e inexorable

La asombrosa ópera prima de Robert Eggers, protagonizada por Anya Taylor-Joy, llega a las salas tras impactar en Sundance y Sitges

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Casi año y medio después de asombrar en el festival de Sundance, donde obtuvo el premio al mejor director (Robert Eggers), 'La bruja' se estrena en nuestras salas. Ya pudo verse en una de las mejores pantallas posibles, la del Auditori del Melià, en el pasado festival de Sitges; una de las más distinguidas cintas de apertura del certamen en tiempo.

Allí la película dividió al público que esperaba más sustos chocantes y al que apreciaba la apuesta del debutante Eggers, un terror menos parecido a la tormenta o el trueno que a una humedad extendida lenta e inexorablemente. "Ese sería mi terror ideal", dice la actriz protagonista, Anya Taylor-Joy, en castellano con acento argentino (su primera lengua). "No es un terror típico, es más una atmósfera. Y además, hablamos de una película visualmente preciosa. El director de fotografía [Jarin Blaschke] es un genio".

En esta ópera prima que no lo parece, Eggers muestra con estilo pictórico la cara más salvaje de la Nueva Inglaterra del siglo XVII. Una familia puritana, aislada de todo y todos, observa fenómenos extraños a su alrededor y sufre una calamidad tras otra. La paranoia se empieza a instalar en el seno familiar y el patio de butacas. ¿Locura o realidad? Sea como sea, realismo seguro. Curtido como diseñador de producción, Eggers buscó la forma de acercarse lo más posible a la época que describía: encontró los bosques ideales al norte de Ontario (Canadá), importó desde Inglaterra las tablas de roble hendidas a mano que necesitaba para crear la casa e hizo hablar a los actores en inglés arcaico.

"No fue un gran desafío –dice Taylor-Joy–, porque las palabras son preciosas. Tampoco tuve problemas con el acento. Cuando conozco a una persona, si hablo un rato con ella, enseguida cojo su acento. El niño de 6 años que hace de mi hermano pequeño tenía un acento muy fuerte del North Yorkshire, y si me veía con problemas, solo tenía que sentarme un rato a hablar con él".

PARANOIA CONVINCENTE

Todos los actores del filme bordan su paranoia. La hija adolescente encarnada por Taylor-Joy, pero también los padres, encarnados por Ralph Ineson y Kate Dickie (Dagmer Cleftjaw y Lysa Arryn en 'Juego de tronos'). También los hijos pequeños resultan convincentes, tanto que en Sundance algunos temieron por su salud mental en el futuro. "Es cierto", dice Taylor-Joy. "En Sundance mucha gente pensó que habíamos arruinado su vida. Pero el ambiente fue relajado. Ellos no solían estar en las escenas de terror. Solo estábamos rodando una película de una familia muy aislada y de cómo les afecta estar solos. Cuando ellos reaccionan a algo con miedo, es porque yo estoy detrás de la cámara haciendo muecas tontas; eso es todo lo que ellos vieron".

Cuando nos atiende, Anya es morena, pero en realidad es como la vemos en 'La bruja'. Ella no solo acepta, sino que ansía, los cambios de imagen: "Quiero ser una actriz camaleónica, no hacer lo mismo toda la vida". Y quien dice cambio de imagen dice de presupuesto. Después de 'La bruja' se puso a las órdenes de Luke Scott, hijo de Ridley, para 'Morgan', un 'thriller' de ciencia ficción para el que no se ha escatimado en medios. "Desde luego, es algo distinto al 100%. Pero me encanta estar en situaciones nuevas. Cuando termino un proyecto, quiero ser más fuerte o más inteligente o más lo que sea que cuando empecé". En breve la podremos ver también en un 'biopic' del Obama universitario ('Barry') y la próxima del resurgido con fuerza Shyamalan ('Split'). Futuro perfecto.