De cómo gestionar la derrota

Leonardo Cano debuta en la novela con 'La edad media' una mirada a los sueños rotos de los 80

Leonardo Cano

Leonardo Cano / periodico

ELENA HEVIA / BARCELONA

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Leonardo Cano (Murcia, 1977) es, entre otras muchas cosas, funcionario, lo que no es mala cosa ni siquiera para la literatura porque, asegura, escribir prosa funcionarial tiene su punto. Y se remite a Paul Valery: “La mayor libertad nace del mayor rigor”. Así que en 'La edad media', su primera novela publicada por Candaya, ese sello que está poniendo el foco en algunos de los de los nuevos y mejores narradores en castellano, Cano ha hecho el experimento de utilizar ese estilo burocrático en una de las tres voces narradoras de su relato para traspasarla sorprendentemente de vez en cuando con unos cuantos “fogonazos poéticos”. Y no es que a Cano le interesen más las críticas gastronómicas, los relatos para el móvil (ha practicado las dos) que la literatura, pero está convencido de que aplicar unas reglas y luego seguirlas puede ser un juego muy atractivo.

Cano sigue a esas tres voces a través del tiempo para contar la historia de tres amigos que en los años opulentos 80 coincidieron como alumnos en un colegio pijo, fábrica de médicos, abogados y arquitectos. Años después, el tiempo y la crisis se erige como el mejor juez de lo que ha pasado en el  trío: “Uno de los narradores escribe en primera persona del plural y cuenta el pasado de los niños. Otro utiliza la narración objetiva de tono burocrático y el tercero se relaciona a través de un chat con sus erratas y sus solecismos”. En fin, que de los tres amigos uno ha acabado siendo abogado, el otro es, ¿lo adivinan?, funcionario y el tercero, un empleado de banca obsesionado con su novia con la que chatea insistentemente.

'La edad media' es un título polisémico, con muchas vueltas. Es, por supuesto, ese momento crucial en el que te estás acercando a los 40 y empiezas a mirar atrás. O bien el periodo histórico, pero también incluye un verbo “el presente de indicativo del verbo mediar, porque lo que media entre los tres personajes de mi novela es precisamente la edad”. Y ahí Cano tiene en mente aquella estupenda película de Arthur Penn, ‘La noche se mueve’, en inglés Night moves, emulando a una partida de ajedrez. 

La novela habla de aspiraciones y sueños rotos, de lo que Elisabeth Bishop llamaba "el arte de perder". “Hay que tener un carácter muy bien formado -sostiene Cano- para saber gestionar la derrota  y además creo que existen resquicios para poder poder truncar ese destino. A veces cuesta trabajos, lágrimas y en el caso de algún personaje de mi novela, caer en el delito”.