MONUMENTAL EXPOSICIÓN DE FOTOGRAFÍA

Barcelona en mil imágenes

La Virreina recorre la transformación de la ciudad entre el plan Cerdà y el Fòrum

Protesta contra el Fòrum, de la serie 'Barcelona sobre Barcelona' de Jordi Secall i Pons.

Protesta contra el Fòrum, de la serie 'Barcelona sobre Barcelona' de Jordi Secall i Pons. / periodico

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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Mil fotografías, una ciudad, Barcelona, y sus transformaciones urbanas en el último siglo y medio de la mano de los grandes acontecimientos que en ella se han celebrado: las exposiciones de 1888 y 1929, los Juegos Olímpicos y el Fòrum de les Cultures. Esto es lo que recoge la inabarcable 'Barcelona. La metrópolis en la era de la fotografía, 1860-2004', la exposición comisariada por Jordi Ribalta que se despliega en La Virreina hasta el 26 de junio.

Una muestra que abren el primer daguerrotipo de vista urbana de la ciudad que se conserva: el realizado en 1848 de la Casa Vidal Quadras (hoy todavía en pie en el paseo de Isabel II) y la icónica imagen de la demolición de las murallas vista desde el baluarte de Tallers, realizada por Franck en 1855. El broche es para una Barcelona totalmente transformada, la que Joan Colom retrató en la Rambla en sus poco conocidas imágenes en color de finales del XX y principios del XXI. En medio, 150 años de historia.

"La exposición es un intento de crear una historiografía de la iconografía fotográfica emblemática de la ciudad que se produce paralelamente a su evolución urbanística", afirma Ribalta. Y tiene como subtexto "la condición instrumental de la fotografía como herramienta de poder", continúa. Es decir, hay una iconografía recurrente, como la de las imágenes nocturnas; y durante el primer siglo de su existencia, la fotografía fue un arte al servicio de las clases dominantes. "La construcción de la imagen del terror revolucionario de la Setmana Tràgica está creada desde el punto de vista de los patronos", explica como ejemplo. Y su democratización no llegó hasta los 70, "con los movimientos vecinales y el acceso a la fotografía de las clases trabajadoras que empiezan a producir su propia prensa", apunta.

Hasta aquí la tesis que despliega la exposición, pero la muestra puede verse también, aunque no lo pretenda, como la historia de la fotografía en Barcelona o como la historia fotográfica de la evolución urbanística de Barcelona. Y aquí es donde uno puede sumergirse buscando aquellas imágenes que se han perdido o se han vivido.

EL DESAPARECIDO PALACIO REAL

Ahí están el palacio que ocupaba el Pla de Palau que fue residencia real durante la estancia del archiduque Carlos y que un incendio se llevó por delante en 1875, la muralla de mar con un frente marítimo hoy en día irreconocible, y las calles que se llevó por delante la apertura de la Via Laietana. También hay espacio para la fotografía documental, con instantáneas de Henri Cartier-Bresson de la vida popular, y la vida nocturna y pobreza de los bajos fondos captada por Margaret Michaelis y Gabriel Casas. El fotoperiodismo de la Barcelona de la guerra civil: los bombardeos, la retaguardia, las brigadas internacionales... también están presentes, como lo está la dictadura franquista y el desarrollismo de Porcioles.

La llegada de la democracia y la transformación urbanística consensuada para los Juegos Olímpicos y la menos consensuada realizada para el Fòrum, que entre otras cosas supuso la apertura de la Rambla del Raval, ocupan la parte final de la muestra. Un recorrido por Barcelona y por la era de la fotografía, desde el plan Cerdà al Fòrum, el último gran cambio de escala en la ciudad; y desde el daguerrotipo a la explosión de las tecnologías digitales.