CONCIERTO

Halsey, estrella del pop a la vista

La joven artista de Nueva Jersey arrasó en Razzmatazz con todas las entradas agotadas

concierto de halsey

concierto de halsey / periodico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Ashley Frangipane, alias Halsey, actuaba a principios del 2015 en clubes para 400 personas, pero en noviembre agotaba las entradas para su concierto en el Madison Square Garden del próximo agosto. La trillada expresión 'ascenso meteórico' solo debería utilizarse para casos como este, con el que se ha puesto de prueba, de nuevo, la actual fuerza de internet para popularizar a artistas en tiempo récord.

Es la vitalidad de la Red y, también, una música infecciosa: electro-pop tirando a gótico con influencias rap y R&B en la forma de cantar y el sonido; un cruce nada escondido de influencias como Lorde, Chvrches y Ellie Goulding (también ha trabajado con el productor Jim Eliot).

Si Halsey (21 años escasos) agotó en tres semanas las 15.000 localidades del Madison Square Garden, no es de extrañar que las 3.000 de Razzmatazz (el concierto se trasladó de la sala 2 a la 1 por la demanda) se acabaran en poco más de un mes. En el interior de la sala se respiraban nervios antes del 'show' y, con la salida de Halsey al escenario, el ruido fue ensordecedor. Durante todo el concierto, el público cantó/gritó todas, pero todas, las letras, incluyendo el material de su EP de presentación 'Room 93'.

ACTITUD POSITIVA

La actuación fue un repaso casi completo al repertorio de su debut, 'Badlands', o mejor, a la versión 'deluxe' de este, con algunos temas extra, caso de 'Gasoline', con la que quiso abrir. La canción tiene la clase de letra que ha hecho a jóvenes alrededor del mundo identificarse con ella: "¿Estás loco como yo? ¿Has pasado dolor como yo?". Halsey habla, al parecer, de su trastorno bipolar, aunque cualquiera que esté pasando por algún tumulto interno puede sentir los versos como suyos.

Pero no crean que 'Badlands' es un disco de autoflagelación: en realidad, este álbum de concepto –con una sociedad distópica alejada del mundo como metáfora del estado mental de Halsey– quiere ser motivacional y optimista. La actitud de la artista sobre el escenario es cualquier cosa salvo lastimera: vestida con minifalda roja hipercorta, botas, 'top crop' y gorra, se mueve con actitud rap-rock e impele a dejar atrás los problemas, cualquier clase de inseguridad.

¿Los mejores momentos? 'Castle' sonó positivamente autoritaria (aunque el melisma a lo Jessie J del final tampoco hacía falta); 'Ghost' no perdió encanto romántico fuera de los auriculares y con gente alrededor; 'Colors' (incluyendo la 'intro' instrumental de 'Colors pt. II') destiló melancolía ensoñadora, y 'New Americana' demostró ser lo que parecía: un verdadero himno generacional.

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