Adamo, voz de confianza

El cantante belga de origen siciliano ofreció un generoso recital en el Palau en el que recorrió sus clásicos, incluida una versión en catalán de `Tombe la neige¿

Adamo, en el Palau de la Música.

Adamo, en el Palau de la Música. / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Adamo volvió a la ciudad. Ya van ocho visitas en esta última década, siempre por estas fechas y ante una audiencia que ha crecido con él, al amparo de su canto romántico del recuerdo de remotos guateques. “Bona nit, amics”, saludó, porque, en efecto, su relación con el público parece regida más por un vínculo de amistad casi familiar que por los rigores escénicos ordinarios. Su mensaje de este año: el amor nunca se equivoca, como anuncia en su nueva obra, ‘L’amour n’a jamais tort’.

Adamo nunca se ha resignado al ‘revival’ estricto y se toma la molestia de grabar un disco cada par de años con el que salpicar el repertorio. Es un profesional, cuida el acabado de sus recitales (banda extensa, huyendo de los sintetizadores de estética BBC, bodas, bautizos y comuniones) y da todo lo que tiene: este jueves, en el Palau (Banc Sabadell Festival Mil·lenni), una treintena de canciones en dos horas y media. La pega fue que su voz flaqueó. Bronquitis. “Si toso perdónenme”, avisó. “Ustedes se merecen lo mejor de un artista y esta noche con su indulgencia haré lo que pueda”.

“ESTÀ NEVANT…”

Cantó en castellano clásicos como el que abrió la noche, ‘C’est ma vie’, y la novedad vino cuando presentó ‘Tombe la neige’ en catalán. “Traducida por mi amigo Ramon Muns”, anunció. “Està nevant i jo em sento tan sol…” Tenue melancolía a juego con su clásica poesía sentimental, que causó furor en el patio de butacas: ‘Como siempre’, ‘Tu nombre’, ‘Un mechón de tu cabello’… A pie de escenario, un no parar de ramos de flores y regalos. “Si alguien me busca, estoy en el jardín”, bromeó apuntando a la flora acumulada.

Las nuevas canciones transmitieron esa bonhomía tan suya. ‘Ho’k oponopono’, es, dijo, “una fórmula mágica hawaiana” que significa “actúa en armonía, todo va a arreglarse con el tiempo”, y ‘Chantez’ le reafirmó como “cantante soñador”, aunque advirtió: “La gente cree que no sé lo que pasa en la tierra, pero lo sé”. Material ligero, en contraste con la poderosa ‘Et maintenant’, de Gilbert Bécaud.

Su voz padecía cuando la forzaba, si bien en la recta final ganó solidez, a tiempo para encarar ‘Vous permettez monsieur’ y ese sibilino ‘Mis manos en tu cintura’ con el que Adamo invitaba en otros tiempos a despachar conquistas con aquella elegancia: querida, debo dar por terminado este bonito amor nuestro, venía a decirles, pero ahora “tendrás la aventura / de ser tú mi mejor canción”. La dramática ‘Inch’allah’ y el doble clímax con ‘La noche’ y ‘Mi gran noche’. Y así, seguro, hasta el año que viene.