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George Kennedy, el secundario de las catástrofes

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Además del 'thriller' de denuncia y conspiración, no hubo variante genérica más popular en el Hollywood de los años 70 que el llamado cine de catástrofes. En buena parte de las películas representativas de esta tendencia, que mezclaba multitud de personajes, melodrama y terremotos en Sensurround, rascacielos en llamas, trasatlánticos hundidos o aviones averiados, aparece como personaje secundario George Kennedy, actor con una larga trayectoria y un Oscar en sus vitrinas –al mejor intérprete de reparto por 'La leyenda del indomable', en 1968– que se convertiría, quizá a su pesar, en algo así como el cordón umbilical de aquel género tan exitoso.

Kennedy (1925-2016), fallecido por causas naturales en su casa de Boise (Idaho), el pasado domingo, a los 91 años de edad, intervino en 'Aeropuerto' (1970), 'Aeropuerto 75' (1975), 'Aeropuerto 77' (1977) y 'Aeropuerto 79' (1979), además de 'Terremoto' (1974). No hubo, pues, filme de catástrofe aérea en el que no estuviera presente. Encarnó siempre al mismo personaje, Joe Patroni, aunque su escalada laboral fue meteórica: mecánico en el primer filme, se convirtió en jefe de operaciones en el segundo, copiloto en el tercero y comandante del Concorde en el cuarto.

Como tenía un considerable sentido del humor, Kennedy no dudo en intervenir en algunas de las películas del trío Zucker-Abrams-Zucker que se reían, precisamente, de esos géneros tan populares en los 70. No participó en 'Aterriza como puedas', parodia de las cintas de aeropuertos y otras películas de éxito, pero sí estuvo al lado de Leslie Nielsen, Priscilla Presley y O.J. Simpson en la serie de 'Agárralo como puedas', en el papel de jefe del atribulado policía protagonista.

MARCADO POR EL WÉSTERN

Antes de todo eso, de las catástrofes y las parodias, Kennedy brilló con regularidad como actor de carácter; no fue el protagonista principal de ninguna película, pero sí una presencia necesaria en muchos. Lo del mundo del espectáculo se fraguó a temprana edad, ya que su padre, George Kennedy Sr., era director de orquesta, y su madre, Helen Kieselbach, bailarina. Ni bailó ni tocó mucha música Kennedy Jr., sino que, una vez cumplidos los 30, empezó a aparecer como actor en algunas series de televisión de temática wéstern como 'Cheyenne', 'Maverick', 'Bonanza' y 'La ley del revólver'.

Sin ser el prototipo de héroe ni villano para el cine del Oeste, destacó precisamente en este género en los años 60, en títulos como 'Los valientes andan solos' (1962) –uno de los primeros wésterns crepusculares y el debut de Kennedy en pantalla grande–, 'Los cuatro hijos de Katie Elder' (1965), 'Bandolero' (1968) y 'La furia de los siete magníficos' (1969).

DE 'CHARADA' A 'DALLAS'

A diferencia de otros secundarios característicos del cine del Oeste, Kennedy resultaba más dúctil, capacitado para el drama y la comedia, el relato de intriga y el bélico, tanto en el cine como en la televisión. Así, fueron sucediéndose sus intervenciones en series míticas como 'Los intocables', '77 Sunset Strip', 'Perry Mason', 'La hora de Alfred Hitchcock', 'Ironside', 'Vacaciones en el mar' y 'Dallas', entre muchas otras, así como en películas de igualmente variado registro.

Algunas de las más destacadas son 'Charada' (1963), mezcla 'hitchcockiana' de hedonismo y suspense realizada por Stanley Donen, en la que interpretó a uno de los perseguidores sombríos de Cary Grant; 'Canción de cuna para un cadáver' (1964), granguiñolesco drama protagonizado por Bette Davis y Olivia de Havilland; 'El vuelo del Fénix' (1965), relato de aventuras en el desierto; 'Doce del patíbulo' (1967), cinta bélica dirigida, como las dos anteriores, por Robert Aldrich, uno de los cineastas con los que más veces colaboró; 'La leyenda del indomable', por la que logró su único Oscar; la extraordinaria 'El estrangulador de Boston' (1968) de Richard Fleischer; 'Un botín de 500.000 dólares' (1974) y 'Licencia para matar' (1975), ambas con Clint Eastwood; 'Delta force' (1986), a mayor gloria de Chuck Norris, y 'Creepshow 2' (1987), una de sus escasas aportaciones en el terror. Hasta llegó a ser dirigido por Wim Wenders en 'Llamando a las puertas del cielo' (2005), uno de sus últimos trabajos.

Más de 180 actuaciones, entre cine y televisión, refrendan y avalan su trayectoria. Un pequeño mito para la cinefilia popular de los 60 y 70.