'Addio, Professore!'

Se ha ido Umberto Eco, uno de los grandes, y ahora tendremos que aprender a leer solos

CARME ARENAS

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La muerte siempre nos coge por sorpresa y nos deja húerfanos de forma repentina. En el caso del tránsito de Umberto Eco, la pérdida es inmensa por lo que respecta a la cultura de Occidente. Mi generación descubrió a Eco con ‘Opera aperta’ (1962) y ya no pudimos dejar de seguirlo como semiólogo que, sin perder el rigor, supo analizar el propio mundo contemporáneo ya fuese a través de la pintura, de la literatura, del cómic, de la publicidad... Nada se escapaba al ojo perspicaz de Eco, a su manera de interpretar la realidad. Con él aprendimos a leer en profundidad, con criterio, con mentalidad analítica. Una de las obsesiones de Eco, reflejada no solo en sus ensayos sino también en sus novelas, fue el uso de la información, la falsedad documental, la manipulación de la historia, la necesidad de la desacralización de todo lo que nos llega como dogma. Su aventura como escritor de ficción comienza en los años 80 con 'El nombre de la rosa' y, a lo largo de siete novelas, aprovechará la oportunidad que le ofrece el género para llegar a un público más amplio.

Sus novelas siempre tienen un doble registro documental en una única trama. Nos podemos quedar con la anécdota, pero Eco nos ofrece siempre la categoría. Habíamos hablado de ello varias veces. Él era el Professore y jo la Carmen. Le recuerdo en la presentación de 'Baudolino', en el año 2001, en el Hotel Ritz de Barcelona. Era la primera novela suya que le traducía al catalán y la primera vez que nos veíamos. Yo estaba medio encogida y él me llamó para decirme que le había gustado la traducción, que había una palabra que le había gustado en especial, y que aquel primer capítulo de 'Baudolino', donde todos los traductores tuvimos que inventarnos una lengua que hubiese podido existir al norte de nuestro país en el siglo XIII, le daba mucho de sí para escribir un ensayo sobre la traducción. Lo escribió unos años después, en el 2003: 'Dire quasi la stessa cosa'.

IMPLICADO EN MUCHOS PROYECTOS

Después, el azar nos ofreció otras ocasiones, en Barcelona, en Italia y en Nueva York, con las traducciones del ensayo 'Sobre literatura', o de las novelas 'La misteriosa llama de la Reina Loana' o 'El cementerio de Praga', novela controvertida que fuimos traduciendo y modificando a la vez y en comunicación con él cinco traductores durante la primavera-verano del 2010, cruzándonos mensajes a todas horas, en una especie de 'work in progress'.

Este personaje, que era muchos al mismo tiempo por sus múltiples capacidades, hoy es bastante irrepetible. Podía pasar de la Edad Media al mundo más rabiosamente contemporáneo y entrelazarlo todo. Un verdadero hombre de cultura al estilo renancentista. Sabíamos que estaba delicado, pero implicado en muchos proyectos, como la nueva editorial capitaneada por Elisabetta Sgarbi, La Nave di Teseo, que reunirá toda su obra.

Siempre le recordaré con su bondad, con la generosidad del sabio, con aquel buen humor que no le dejaba ni cuando estaba muy cansado, con aquella pasión por la buena mesa. Se ha ido uno de los grandes y ahora tendremos que aprender a leer solos, a ir con cuidado con la manipulación de las redes, sobre todo Twitter, que "da derecho de palabra a legiones de imbéciles". Él, que apostó pr la cultura del conocimiento en detrimento de la cultura de consumo. !Todo un ejemplo, Professore!


Carme Arenas es traductora de Umberto Eco y presidenta del PEN Català

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