CRÓNICA DE CONCIERTO

Todos los colores de Aute

El cantautor recorrió 50 años de trayectoria en un generoso recital en el Palau que contó con las colaboraciones de Estopa, Miguel Poveda y Els Amics de les Arts

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JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Luis Eduardo Aute dijo en el Palau haber compuesto más de 400 canciones en 50 años de carrera y, aunque no procedió a cantarlas todas, quizá no fue por falta de ganas. Para él, un recital no es ese evento social ligero en el que uno mira el reloj pensando a qué restaurante irá a cenar, sino algo más comprometido. Y más, tratándose de un repertorio antológico, que aspira a recorrer "las canciones de toda una vida", como anunció el cantautor.

Así que la 'Gira luna', que abrió el festival Guitar BCN, brindó una generosa muestra de todos los colores de Aute. Ofreciéndolo primero como creador plástico en el documental 'Vincent y el giraluna', y condensando luego su repertorio en 34 canciones. Tres horas y media de tránsito por sus estaciones poéticas, sentimentales, libidinosas, metafísicas. Con un Aute con la voz en buena forma, reafirmando su trascendencia en el canon de la canción de autor.

Comenzó brindando su voz desnuda en 'Me va la vida en ello' y, ya arropado por su banda, dirigida por la guitarra de Tony Carmona, fue moviéndose hacia atrás y adelante en el tiempo, combinando las inflexiones diáfanas ('De paso') con los ecos remotos ('Rosas en el mar'), los exotismos ('Hafa café') y el desamparo con 'tempo' de blues ('Dos o tres segundos de ternura'). Adoptando el catalán al dirigirse al público de Barcelona: "Aquesta estimada ciutat on em sento a casa". Un Aute dispuesto a la comedia romántica ('Slowly', con la voz de Cristina Narea) y a cantar a la sensualidad y más allá. "Masturbarse es el acto de amor perfecto", aseguró al abordar 'Dentro'. Luego vendrían 'No te desnudes todavía' y 'Mojándolo todo'.

ACENTOS DE HUMOR

Devolviendo el gesto del homenaje 'Giralunas' (2015), acogió a tres invitados. 'Las cuatro y diez' sonó en catalán, en frugal alianza con las voces de Els Amics de les Arts. No fue la única canción en esa lengua: Aute incorporó la inhabitual 'Somnis de la plaça Rovira'. En 'Prefiero amar' hubo lucimiento de Miguel Poveda, culminándola y llevándola a un estadio inédito de temperamento. Y en 'Una de dos', humor y compadreo con Estopa, pareja de la que dijo celebrar su actitud vital "en estos tiempos de claustrofobia".

En contraste, el Aute más ascético, coheniano, a solas con los arpegios de su guitarra en 'De alguna manera' y 'Anda'. Sin prisas. "Se me olvidó deciros que el concierto dura seis horas y cuarto", bromeó. No llegó a tanto, pero teniendo aún en el tintero monumentos como 'Sin tu latido', 'Cada vez que me amas' o 'La belleza', ¿cómo darlo por terminado? Más allá de la medianoche, un 'Al alba' de ultratumba, cantado 'a cappella', y un bis con 'De la luz y la sombra' y 'Albanta', fundiendo sus estrofas de anhelo y libertad con la noche.