RECITAL

Apoteosis de Juan Diego Flórez en el Palau

El tenor peruano, que actuó con una costilla fracturada, provocó el delirio con un programa de arias de Mozart, repertorio francés y canciones populares

Juan Diego Florez en el Palau de la musica

Juan Diego Florez en el Palau de la musica / periodico

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / BARCELONA

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Es el mes de los tenores accidentados. Mientras en el Liceu Gregory Kunde ofrecía, en fase de recuperación de una lesión en el tobillo, el primero de los dos conciertos del 'Otello' de Rossini, Juan Diego Flórez anunciaba al público del Palau que iba a actuar con una costilla fracturada. El tenor se apresuró a aclarar que, salvo el dolor que sentía al respirar, estaba en condiciones de cumplir con el programa previsto. Al final todo acabó en apoteosis, con la interpretación en el último bis de 'Ah!, mes amis', el aria de los nueve do de pecho de 'La fille du regiment' de Donizetti, que puso al público de pie.

Simpático y dicharachero, el divo peruano adoptó la postura del confidente que cuenta sus problemas y sabe que eso funciona. "Me hice esta lesión jugando al fútbol", explicó ante un auditorio que quedó inmediatamente atrapado por su juego de seducción. Por suerte, el color y el tono aterciopelado de su voz y la facilidad para desenvolverse en el registro más alto, unidas a un centro cada vez más poderoso, estaban en perfecto estado de revista. El inmaculado fraseo y sus cristalinos agudos volvieron a maravillar a un auditorio entregado a un programa que viajó desde Mozart al repertorio romántico francés y que incluyó proezas del bel canto y algunas piezas de su disco 'Italia', dedicado a la canción popular y las napolitanas.

El inicio, junto al pianista Vincenzo Scalera, con el lamento 'Mísero' lo situó en su andadura mozartiana. El cantante exhibió su depurada técnica y una dolorida expresividad. Pero fue con Gounod y Massenet donde estallaron los primeros bravos. Las célebres arias 'Salut! Demeure chaste et pure' ('Faust'), 'Pourquoi me réveiller?' ('Werther') y 'L’amour…Ah! Léve-toi soleil!' ('Roméo et Juliette') cerraron una gran primera parte. En una continuación más festiva, en la que se incorporaron el brillante Avi Avital (mandolina), Ksenica Sidorova (acordeón) y Daniel Formada (percusión),  no faltaron 'Arrivederci Roma' o el aclamado 'O sole mio', antes de llegar a una canción de Donizetti y un bolero de Rossini y cerrar con una espectacular pieza de 'El barbero de Sevilla'.  En los bises empuñó la guitarra para interpretar 'Bésame mucho' y 'La flor de la canela'. La mencionada aria de 'La fille du régiment', en la última propina, provocó el delirio y el lanzamiento de ramos de flores sobre el escenario.