LA GRAN CITA DEL POP AUTÓCTONO

Canet Rock cierra filas con la música catalana

Manel, La Gran Pegatina y Els Pets figuran entre los reclamos de la tercera edición del renovado festival, que tendrá lugar el 2 de julio

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JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Lo que distingue a Canet Rock de otros festivales es, además de su épico historial con raíces en los años 70, la apuesta por la música autóctona de variado perfil, del rock y el pop al mestizaje, y de ahí no piensa moverse por ahora. La vitalidad de la escena catalana (y la valenciana, que este año aporta dos artistas) permite alimentar de nuevo a la muestra en su tercera edición, que tendrá lugar el 2 de julio en su enclave simbólico del Pla d’en Sala.

Manel, La Gran Pegatina, Els Pets, Els Catarres, Sidonie y La Raíz son algunos de los reclamos del programa de este año, que ofrece una docena de actuaciones (a las que quizá se sumen dos más por confirmar) en una sesión, como es costumbre, extralarga, de 12 horas de música hasta que salga el sol. Una edición, la tercera de su era moderna, que para su ideólogo, Josep Maria Mainat, "debe ser la de la consolidación", y que reafirma "la apuesta por la música del país, sea en el idioma que sea", destaca Gemma Recoder, directora de la muestra.

Canet Rock espera atraer entre 20.000 y 25.000 espectadores. Ya ha vendido 1.500 entradas sin dar a conocer el cartel, indicio de que la marca por sí sola ya genera adhesiones. Mantiene los precios moderados (tras la oferta inicial de 32 euros, ahora las entradas cuestan 35) y abrirá las puertas a las 16.00 horas para empezar las actuaciones dos horas después. Aguarda ahora a la organización la tarea de acondicionar el Pla d’en Sala, "un espacio que no deja de ser un campo de patatas en el que hay que ponerlo todo". Por eso a la directora de la cita le gusta hablar de Canet Rock como "un acto de romanticismo", por su obstinación en "conservar la esencia de lo que siempre fue el festival".

DOS CORRIENTES

En el plano artístico hay que hablar de dos corrientes, la pop-rock y la festiva-mestiza. En la primera, Manel, presentando su cuarto disco, que saldrá esta primavera, así como Sidonie y Blaumut. Els Pets ofrecerán un colofón de su gira de 30º aniversario con un repertorio que será elegido por sus fans a través de internet. Será la única actuación de este verano del grupo de Constantí. El 'revival' apuntará a Sangtraït y correrá a cargo de LGP, grupo que reúne a dos exmiembros, Quim Mandado y Martín Rodríguez, así como a Joan Cardoner (Terratrèmol, Rockson), a los que se unirá otro colega de aquella formación, el guitarrista Josep Maria Corominas.

El otro polo del festival vuelve a situarse en torno al mestizaje de carácter festivo, decantado, en función del caso, hacia la rumba, el reggae, el ska o el rap. Ahí se sitúan la versión ampliada de La Pegatina, La Gran Pegatina (con 13 músicos y un ‘videojockey’), y Els Catarres, con su celebrado 'Big bang'. Y dos formaciones valencianas: Aspencat, con una propuesta asentada en los ritmos jamaicanos con mensajes políticos, y La Raíz, con un combinado de ska, reggae y rock que, en marzo, se actualizará con un nuevo disco, 'Entre poetas y presos'. En ese liga habrá que colocar a Animal, banda que está a punto de lanzar su primer trabajo, 'Més enllà de les paraules'.

CON NÚRIA FELIU

Dos propuestas se escapan a esos dos bloques. Por un lado, 'La pols i l’era', un espectáculo asociado al disco del mismo título, que saldrá el 19 de febrero, creado por Guillamino y el guionista y radiofonista Oriol de Balanzó. Ambos han compuesto canciones que rinden homenaje al pop catalán yeyé de los 60 con la complicidad del experto Òscar Dalmau y de artistas de nuevo cuño (El Petit de Cal Eril, Ernest Crusats, de La Iaia, Núria Graham) y veteranos (Núria Feliu, Lita Torelló, Francesc Burrull), todos ellos citados en Canet. Y otra actuación que se escapa a todo molde será la de Miquel del Roig, fenómeno popular de las tierras del Ebro que, según Recoder, "demostrará que con una voz y una guitarra se puede hacer botar a 25.000 personas". Así, de canción a canción, y de brinco en brinco, hasta pasadas las seis de la madrugada, en que se escenificará una cuenta atrás de la salida del sol, "un momento mágico del festival" que marcará su cénit.