Donde dije digo digo Diego

Muchos libros destinados a los niños han sido salpicados por la polémica

ELENA HEVIA / BARCELONA

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HUCKLEBERRY FINNMark Twain

Mark Twain peleó en la guerra civil americana contra los esclavistas, pero sus libros, hijos de su tiempo, mostraban la consideración que los hoy llamados afroamericanos tenían para la sociedad blanca. El clásico indiscutible de la literatura norteamericana (en dura pugna con 'Tom Sawyer') ha estado prohibido en las bibliotecas públicas norteamericanas, durante años.  En el 2011 una nueva edición, muy contestada, sustituyó las más de 219 veces que  aparece la palabra 'nigger' (un término insultante) por  la más aceptable y aséptica 'esclavo'.

TINTIN EN EL CONGO Hergé

Por una vez y por que el proyecto partía de un encargo, Hergé no se documentó como solía sobre África y el álbum, uno de los más simples salidos de sus lápices, abunda en estereotipos colonialistas: los indígenas son mostrados como estúpidos mientras que los elefantes hablan un excelente francés. La versión de 1930 en blanco y negro, la más criticada, fue rehecha en 1946 y el autor aprovechó para eliminar los aspectos más controvertidos. Con todo, circuló poco hasta 1970 y en los últimos años ha recibido no pocas denuncias.

PIPPI CALZASLARGAS

Astrid Lindgren

En el  70 aniversario de la aparición del primer libro de la clásica serie sueca protagonizada por la anárquica Pippi Calzaslargas, la hija de la autora tomó la decisión cambiarle el título al padre de la niña. Este pirata a quien en la imaginación de Pippi acaban nombrando ‘Rey de los negros’  pasó a ser sencillamente Rey. Algunos colectivos no captaron el sentido del humor que implica una frase de Pippi en la que aseguraba que en el Congo “no hay una sola persona que diga la verdad. Mienten todo el día. Comienzan muy temprano, a las siete y no paran hasta que se pone el sol.

BABARJean de Brunhoff

Todos quieren a Babar, el elefantito. Sí, pero también su figura creada en los años 30 se ha visto salpicada por acusaciones de lo que para muchos representa también, el colonialismo francés en toda su ‘grandeur’. Pero ¿no es cierto que las historias fueron dibujadas precisamente en aquel momento histórico? Sea como fuere, de todos los colorista libritos del elefantito tan solo ‘Pique-nique chez Babar’ (1947) no ha sido reeditado porque Laurent Brunhoff , hijo de Jean y continuador de su obra, reconoció explícitamente su trasfondo racista.