La moda: hacer un Pedroche

Ferran Monegal

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No lo retardemos más: el gran suceso de las campanadas de la tele fueron, un año más, las transparencias de Cristina Pedroche (A-3). Le decía su partenaireCarlos Sobera, procurando que no se le saltaran los ojos de las cuencas: «Sencillamente espectacular, Cristina, ¡espectacular!». Y Cristina respondió: «Pues me he puesto lo primero que he pillado en el armario». ¡Ahh! Sí señora: tratándose de un modelito de Pronovias, eso es lo primero que se pilla del armario para dejar al novio turulato en la noche de bodas. Hombre, después del éxito logrado, con una audiencia que A-3 TV no lograba desde hacía décadas, y con una colosal excitación en la red, me consta que algún asesor de la actual aristocracia política ya ha tomado nota. La tele ha demostrado en el 2015 que marca tendencia en el posturismo de los políticos. Hemos visto hacer a los líderes lo que los artistas de la tele hacen para entretener al personal y concitar audiencia. Desde tocar la guitarra, cantar o bailar, hasta jugar con un balón en el plató, correr en kart, o transformarse en cocineros en casa de algún famoso. Por lo tanto, no es inverosímil que en un futuro inmediato -en la próxima campaña electoral, que por lo visto está al caer- veamos a los políticos haciendo un Pedroche en la tele. Para que un Pedroche tenga éxito, lo primero que hay que tener es sentido de la transparencia. Una transparencia existencial, por dentro y por fuera, pero sin llegar a enseñar el pedroche totalmente. Eso es básico. El pedroche se insinúa pero no se muestra. Sutilidad ante todo. Fíjense lo que les pasó a las criaturas del programa Cámbiame, por ejemplo. Fueron contratadas en Tele 5 y Cuatro, simultáneamente, y en lugar de dar las campanadas dieron un campanazo, que es otra cosa. No llegaron ni al 2% de share. Creyendo que hacer un Pedroche era salir casi en bolas, aparecieron Marta Torné, Natalia Ferviú y Cristina Rodríguez en bragas y sujetador, y el estilista Pelayo Díaz en calzoncillos. Hombre, parecía que estaban en un mercadillo probándose humilde lencería low cost. Tomen nota los asesores de los líderes políticos. En estas campañas electorales que vienen, enséñenles a hacer un Pedroche en condiciones. O sea, el arte del recato aun dentro de la transparencia. No es pudor, es estética.

Anotemos que La Sexta tampoco triunfó en la noche de San Silvestre. Esta cadena no sirve para comerse las uvas: sirve para ayudar a hacer la digestión los días subsiguientes.