CRÍTICA

'Incidencias': alocada comedia del vacío y la crisis

BEATRIZ MARTÍNEZ

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Desde que debutaron con 'Tapas' (2005), José Corbacho y Juan Cruz han demostrado tener una sensibilidad especial a la hora de acercarse a los problemas de la clase trabajadora a través de una estupenda mezcla entre humor y ternura que, junto a unas gotitas de amargura y cinismo, les sirvieron para poner de manifiesto algunas de las tragedias íntimas de nuestra cotidianeidad contemporánea.

En su nuevo trabajo, 'Incidencias', el tándem ha abandonado las tonalidades costumbristas por las que hasta el momento habían hecho transitar su cine para insertarse directamente en el terreno de la comedia más loca y desbocada con la voluntad de configurar una metáfora alrededor del momento de vacío y crisis, tanto política, económica como emocional y moral, en la que nos encontramos estancados. 

Un AVE parado, símbolo del progreso hispano, y un puñado de personajes que representan algunos de los vicios de la sociedad actual, son los ingredientes fundamentales de una comedia en la que se habla de homofobia, incomunicación, corrupción e hipocresía intelectual de una forma totalmente caótica, intentando poner de manifiesto la histeria colectiva, la psicosis y la paranoia a la que estamos abocados. 

Y aunque la tesis de la película resulta de lo más inspirada, el resultado termina siendo demasiado irritante y esperpéntico, atolondrado y tosco. Los directores se muestran incapaces de organizar el descontrol que ellos mismos han orquestado, y se les escapa de las manos la posibilidad de realizar una sátira vitriólica de herencia berlanguiana, afilada y combativa, por culpa del gag inocuo y el desmelene histérico que lo termina, lamentablemente, emparentando con el poco acertado Almodóvar de 'Los amantes pasajeros'