Enric Casasses, poesía en órbita

El poeta funde sus textos con la música librepensante de Don Simon y Telefunken en Heliogàbal

Enric Casasses

Enric Casasses / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Enric Casasses descubrió hace muchos años los poderes de la poesía como "arte de la palabra, con ruido y entonación", hablado y modulado a través del gesto y la pose, donde "el papel es tan solo la partitura". Una expresión que a lo largo de su trayectoria se ha avenido con frecuencia con la música, en colaboraciones como la que mantiene con Don Simón y Telefunken, tándem al que se unirá este domingo en Heliogàbal, en una sesión de vermut (12.30 horas) que clausurará su Trimestre de Poesia.

Con este grupo ahora convertido en dúo, asociado a artistas como Pau Riba, Pascal Comelade y Albert Pla, Casasses abordará el repertorio que dará forma a un disco, 'Orbiten', que verá la luz en el primer trimestre del 2016. Poesía hablada, sobre una base musical, que ofrece una visión cósmica. "La Tierra flota y hay unas ideas desconocidas que orbitan a tu alrededor. Y unas imágenes inexplicables que orbitan alrededor de tu cerebro. '36.000 idees que a ningú li passen mai pel cap…'", explica Casasses citando una de las piezas. Son textos poéticos, no letras de canciones. "El poema es mucho más libre. Las letras no son lo mío", precisa.

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Don Simon y Telefunken tienen, destaca,"una gran capacidad de invención de 'melodietes i melodiotes'", así como una puesta en escena colorista, con alas de ángel, racimos de globos o disfraces de astronauta, que contrasta con su tendencia a la austeridad. "Yo soy más bien de teatro pobre", confiesa Casasses, cuyos orígenes se sitúan en la poesía en prosa, que le llevó más adelante al verso y a colocarse ante el público. "Comencé a oír los textos en mi cabeza y pensé: 'Esto hay que difundirlo, decirlo en voz alta'", recuerda. No fue a ninguna escuela de 'spoken word': se valió de su voz poderosa y de sus aptitudes para decir, enfatizar, sugerir, para llegar a un público que vive al margen de la poesía. "Ves gente sensible a eso y que luego te dice: 'Yo la poesía no la entiendo'. Y les respondes: '¡Eh, que te la acabo de decir! ¿qué esperas entender más?'".

VOCES LIBERTARIAS

Sus fuentes van de Dalí a Brossa, si bien dice haber descubierto "cosas igual de interesantes" en otros paisajes, como la trova medieval. "O en Omar Jayam, poeta persa del siglo XII: 'Bebe vino, sé malo, haz el bien'", cita sonriendo. "Los poetas más libertarios eran islámicos. ¡Los integristas de ahora tendrían que repasarlos!".

Siendo adolescente, se desmarcó a su manera del debate de Beatles contra Stones ("yo iba con los Kinks"), y ha cultivado formas de experimentación con músicos como el fallecido Joan Saura, Feliu Gasull, Jakob Draminsky, Manuel Pugés (Skatalà), Triulet y, claro, Pascal Comelade (dos discos a medias), si bien considera que "conservar una estructura de canción no tiene por qué ser más antiguo que no hacerlo". Lamenta que la poesía todavía sea un artefacto intelectual que imponga respecto. "Antes del siglo XX eso no ocurría", apunta. Y celebra que, después de todo, los avances tecnológicos jueguen a su favor. "Ahora, con You Tube, la poesía oral puede tener tanta difusión como la que tuvo la imprenta". Un poema, dice, es "arte y placer, aunque a veces duela".