Àlex Rigola se sumerge en la mente de Lorca

El director traslada a la Sala Gran del TCN el mundo onírico y los miedos del poeta

Alex Rigola

Alex Rigola / periodico

MARTA CERVERA / BARCELONA

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Rodearse de un amplio equipo técnico y humano ha sido fundamental para que Àlex Rigola (Barcelona, 1969) asumiera el reto de montar 'El público', de Federico García Lorca. La difícil pieza escrita en 1930 y que el propio autor consideró demasiado avanzada para su época ha obligado a transformar la Sala Gran del TNC, donde se representará hasta principios de enero tras el éxito obtenido en el Teatro de la Abadía de Madrid. "Es una de las obras más importantes del siglo XX", destaca Xavier Albertí, director del TNC.

Esta ambiciosa coproducción entre Madrid y Catalunya, interpretada por 14 actores, sorprenderá al público nada más entrar. Rigola ha ambientado la sala con lámparas colgantes y brillantes cortinas plateadas. "La parte plástica de luz y escenografía es tan importante en esta obra como la artísitica", destaca el director. La acción transcurre en la mente del artista, "es como un sueño o una pesadilla", dice Rigola. En esta ocasión ha trabajado tan a fondo con los actores como con Max Glaenzel, responsable de la escenografía y Carlos Marquerie, de la iluminación, entre otros. "Los elementos de estética surrealista han quedado desfasados. Su espíritu está presente en la obra pero de otra forma más contemporánea, en un espacio indeterminado que te arrastra", destaca Rigola. 

TENSIÓN CREATIVA

Los decorados intentan reunir los dos mundos de los que Lorca habla en esta obra, el "teatro al aire libre", como él identifica al más popular y comercial, y su opuesto, el "teatro bajo la arena", el más experimental.

Lorca consideró demasiado avanzada la obra para su tiempo y nunca la montó. En España Lluis Pasqual la estrenó en 1987 en el María Guerrero de Madrid, previo paso por el Piccolo de Milán, con una escenografía de Fabià Puigsever y Federic Amat.

'El público' huye de las convenciones del teatro y se sumerge en un mundo habitado por las personalidades del autor, sus deseos y pulsiones reprimidas, sus miedos y sus recuerdos. Rigola define su experiencia con 'El público' como un viaje plagado de riesgos. "En ella el autor retrata sus problemas como ser humano y creador. Independientemente de sus tendencias sexuales la obra habla de la honestidad, tanto a nivel personal como artístico. ¿Hasta qué punto debemos ser valientes en la vida y en nuestro trabajo? Esto es lo que se pregunta Lorca", afirma el director. El autor escribió la obra tras dos desengaños amorosos y del estreno de 'Mariana Pineda', en el Teatro Goya de Barcelona. Pese al éxito de público y crítica sus amigos más íntimos criticaron que no fuera más atrevido creativamente.

TRIPLE PERSONALIDAD

Pep Tosar interpreta al protagonista de esta obra de influencia freudiana: un director de teatro, alter ego de Lorca a quien Tosar dedicó su último montaje, 'Federico García'. El resto de personajes –hay más de 40– representan los superegos y las pulsiones innatas del protagonista. Para Tosar, gran conocedor de la vida y la obra del autor de 'Bodas de Sangre', 'Yerma' y 'Poeta en Nueva York', destaca: "El público muestra los vectores contradictorios que batallaban en la mente de Lorca. Las contradicciones son el motor de mi personaje". Un personaje que se desdobla en tres: el homosexual abierto que anhela ser; el falso heterosexual que no ha salido del armario y su versión más femenina.

La obra habla del conflicto entre él artista y el público. "En el mundo del arte cada uno se pone sus límites, puedes exigirte más o autoengañarte", admite Rigola.  "No es un texto surrealista como se ha dicho", opina. "Es una obra de una poesía maravillosa que te permite ir a donde quieras. En él no hay límites y ese es el riesgo".