CEREMONIA DEL PREMIO NOBEL DE LITERATURA

La Nobel Svetlana Aleksiévich pronuncia un duro alegato contra el comunismo, el "opio de los intelectuales"

"El tiempo de la esperanza ha dado paso al tiempo del miedo", lamenta en Estocolmo la premio Nobel de Literatura, cronista del desvanecimiento de la URSS

Svetlana Aleksiévich, en su conferencia como Nobel de Literatura en Estocolmo.

Svetlana Aleksiévich, en su conferencia como Nobel de Literatura en Estocolmo. / FREDERIK SANDBERG

MARC MARGINEDAS / MOSCÚ

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Un duro alegato contra el comunismo, definido como “el opio de los intelectuales”. Este es, en resumen, el contenido de la lección magistral que ha ofrecido en Estocolmo la premio Nobel de Literatura, Svetlana Aleksiévich, en el momento de aceptar el galardón. Recordando el drama de generaciones enteras de ciudadanos soviéticos que quisieron construir la utopía de crear “el reino de los cielos en la Tierra ”, la periodista y escritora ha alertado de que muchos jóvenes rusos pertenecientes a las nuevas generaciones, sin apenas recuerdos de la URSS , están leyendo “de nuevo” a “Marx y a Lenin”, al tiempo que en las ciudades del país se inauguran monumentos dedicados “a Stalin” .

“El Imperio rojo se ha desvanecido, pero el 'homo sovieticus' se mantiene”, ha sentenciado en un momento de su disertación. “El tiempo de la esperanza ha dado paso al tiempo del miedo. El tiempo ha dado marcha atrás… Vivimos en una época de segunda mano”, ha apuntado.

En un momento en que Rusia incrementa su presencia militar en Siria, ampliando nuevas bases para aviones y desplegando hasta tanques, preparándose para una larga contienda con el ánimo de recuperar la influencia perdida en Oriente Próximo con el hundimiento del Imperio soviético, Aleksiévich, cuyo padre creyó en la idea comunista hasta el fin de sus días, se lamenta de haber vivido en un país en el que se enseña “acerca de la muerte” desde “la infancia”. “Nos explicaron que los seres humanos viven para dar todo lo que tienen, para quemarse, para sacrificarse; para amar a las armas”, criticó.

HOMENAJES A DOSTEYEVSKI Y SHALAMOV

La periodista y escritora no ha querido dejar de mencionar en su conferencia a clásicos de la literatura rusa, como Feodor Dostoyevski, capaz de explorar el alma humana y conferir a sus personajes una colosal profundidad psicológica, y Varlam Shalamov, superviviente de los gulag y autor de los mundialmente aclamados ‘Relatos de Kolyma’, una serie de historias cortas donde relata su estancia de trabajos forzados en las minas de oro del Extremo Oriente ruso, convertidos referente literario esencial para quienes buscan describir con palabras el sufrimiento propio y ajeno.

La galardonada ha recordado episodios vividos por ella en primera persona a la hora de elaborar sus libros, como el caso de la esposa de un ‘liquidador’ -bombero- de la central de Chernóbil, que se despidió de ella por la mañana y a quien ya solo lo volvería a ver en Moscú, poco antes de su defunción debido a la exposición a la radiación, desposeído ya de su condición humana y convertido en un objeto “que requería descontaminación”.

La premiada ha descrito su obra como un compendio de “conversaciones con sus protagonistas”, donde la gente “habla de su propio tiempo”. “El sufrimiento es nuestro capital, nuestros recursos naturales; no petróleo y gas”, fuentes de energía de las cuales Rusia es uno de los principales países productores y exportadores, ha sentenciado la autora de 'El fin del 'Homo sovieticus', 'Voces de Chernobyl' y 'Los ataúdes de zinc'.