Niña Pastori: "Yo no estoy todo el día cantando y bailando"

La cantaora lanza su disco de versiones 'Ámame como soy', que presentará el 18 de enero en el Auditori

Niña Pastori, en una imagen promocional de su nuevo disco.

Niña Pastori, en una imagen promocional de su nuevo disco. / periodico

LUIS TROQUEL / BARCELONA

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Hace casi 20 años, el 23 de febrero de 1996, la cantaora María Rosa García García debutaba en disco; recién estrenada la mayoría de edad y con éxito inusitadamente inmediato. Niña Pastori había llegado para quedarse. Y hace casi 10 años, su trabajo 'Joyas prestadas' fue uno de los principales detonantes de la moda de los discos de versiones, a las que vuelve con el nuevo 'Ámame como soy'. Su disco más americano, que presentará el próximo 18 de enero en el Auditori de Barcelona dentro del Banc Sabadell Festival del Mil·lenni. Y también con una versión, una pieza de Julio Iglesias adaptada al catalán, participa en la inminente 'Marató' de TV-3.

Aunque 'Ámame como soy' sea un disco de canciones, su voz siempre suena flamenca.

Eso no lo pierdo ni lo puedo cambiar. Es como el color de tus ojos. Serrat puede cantar lo que quiera pero lo vas a escuchar y vas a decir: es Serrat. Con sus giros y su forma de transmitir. La personalidad de cada uno no puede variarse tan fácilmente.

Su marido Chaboli le ha dado aire latino a los arreglos del disco, que incluye dúos con Juan Luis Guerra, Rubén Blades y Pancho Céspedes. ¿Les conocía de antes?

Personalmente muy poquito. Por ejemplo, yo había escuchado a Rubén por Chaboli, que es muy fan suyo, y luego, al coincidir con él en los Grammy, supe que es un gran admirador del flamenco. Bueno, los tres lo son. Yo creo que en América todo el mundo ve el flamenco como algo muy atractivo.

Con Rubén Blades rescata 'El cantante', que escribiera para Héctor Lavoe.

Era la versión que yo conocía, y luego también la de Marc Anthony, claro. Es una letra que define perfectamente lo que somos. De una manera muy sencilla, sin cosas enredosas ni nada. Cuando la gente viene a oírnos cantar hemos de dejar de lado cualquier preocupación que tengamos: nadie pregunta si sufro o si lloro y tengo que dar lo mejor de mí para divertirlos. Esa es la verdad de nuestra profesión. Porque yo no estoy todo el día cantando y bailando: yo tengo mi vida como la tiene cualquiera, y en la vida no todo es de color de rosa.

Hablando de rosa… ¿Los suyos le llaman así?

Rosa nadie. Alguna vez me han llamado María Rosa, pero en casa y para mis amigos siempre he sido María. Sin más.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Ni\u00f1a Pastori","position":null,"text":"\"Mi voz siempre suena flamenco. Eso ni lo pierdo ni lo puedo cambiar. Es como el color de tus ojos\""}}¿Hay alguna línea que separe a María de Niña Pastori?

Sí. Además la tengo muy marcada. En eso soy como muy cuadriculada, muy alemana. O muy catalana igual también podría decir… (risas). Con las cosas muy claras. Cuando estoy en casa soy otra persona: disfruto de hacer las tareas con mis niñas, de ver juntas películas de dibujos, y me encanta preparar una cenita cuando estamos Chaboli, ellas y yo. Y mi perrita que ahora ha tenido cachorritos…

Casi como de la familia es Sara Baras, cuyos pies participan en su versión de 'Remolino' como un auténtico ciclón.

Crecimos juntas en San Fernando. Sus padres y mis padres eran socios de la Tertulia Flamenca, que era el sitio donde se reunía todo el mundo a escuchar cante y ver bailar, y nosotras como éramos niñas íbamos con ellos. Cosas que hoy ya no existen: las mujeres jugaban al parchís y los hombres se tomaban la cervecita con la tapita… Y había concursos de cantaores locales.

Con otra versión, una adaptación del 'Me olvidé de vivir', se estrena ahora en catalán para 'La Marató' de TV-3.

Es un honor y un orgullo estar ahí, en beneficio de la lucha contra la obesidad y la diabetes. Y todo un reto, porque al principio me parecía complicadísimo cantar en catalán. Pero me ayudaron bien, lo hicimos muy poquito a poco y ha sido un verdadero placer.