Catalunya ya es independiente (es broma)

'Ocho apellidos catalanes' llega este viernes a los cines en pleno pulso soberanista con la "única intención de hacer reír", según Dani Rovira

BEATRIZ MARTÍNEZ / MADRID

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Hace apenas un año y medio desembarcaba en la cartelera una película que estaba destinada a convertirse en uno de los más grandes hitos que ha dado el cine español reciente. No se sabía mucho de ella, solo que era una especie de traslación hispana de las comedias sobre los choques culturales dentro del mismo país, una especie de versión autóctona de 'Bienvenidos al Norte'. En el reparto, los siempre efectivos Carmen Machi Karra Elejalde, la prometedora Clara Lago y, oh incógnita, el monologuista Dani Rovira. Y al frente de todo, el veterano director Emilio Martínez Lázaro que, a pesar de haber dirigido la exitosa 'Al otro lado de la cama', hacía mucho tiempo que no parecía encontrar su rumbo.

El primer fin de semana fueron a verla más de 400.000 espectadores, obteniendo 2,7 millones de recaudación. Pero eso solo fue el principio del cuento. La siguiente semana, la película duplicó esa cifra y la película permaneció durante semanas en el número uno de la taquilla. En total, casi 55 millones de euros.  

FENÓMENO SOCIOLÓGICO

'Ocho apellidos vascos' se convirtió en un fenómeno sociológico, incluso se habló de que gracias a ella los espectadores habían perdido la animadversión histórica que parecían tener hacia el cine español. Fue un año de euforia y algarabía. Y como era de esperar, los responsables del invento se pusieron a trabajar de inmediato en una segunda parte. La opción era lógica: ahora le toca el turno a los catalanes.

El ambiente ya estaba caldeado por esa época alrededor del proceso soberanista, pero el giro actual de los acontecimientos ha pillado a los responsables por sorpresa al ver cómo la película va estrenarse precisamente en un momento muy delicado y agitado dentro del panorama político, algo que resulta imposible de obviar. ¿Puede esta situación alterar las intenciones comerciales de la película? ¿Puede sentirse el pueblo catalán ofendido frente a una sátira en torno a estas cuestiones?

CATALUNYA INDEPENDIENTE

La película tiene lugar en un pueblo que, por unos días, y para contentar a una anciana dueña de la masía más señorial del lugar (interpretada por Rosa María Sardà) intenta emular que Catalunya ha alcanzado la independencia y se ha separado de España. Esta situación será la puerta de entrada para desplegar toda una batería de tópicos alrededor de las costumbres e idiosincrasia catalana. “Hicimos una especie de listado”, nos cuenta Diego San José, responsable del guion junto a Borja Cobeaga. “Incluimos lo más obvio, como si fuera la filosofía del “cuñao”. Evidentemente son percepciones falsas, pero a la comedia le viene muy bien tirar de eso”.

La tacañería, el chovinismo, la modernidad y el elitismo cultural, la violencia de los Mossos de Escuadra… y por supuesto el Barça. Son algunos de los estereotipos utilizados para desplegar la comicidad.

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No nos engañemos, 'Ocho apellidos catalanes' no busca herir sensibilidades. Se trata de una comedia blanca, inocua e inofensiva, destinada a agradar a todos los públicos. Una película familiar y de buen rollo, como nos contaba Emilio Martínez-Lázaro.Da la sensación de que los guionistas han querido ser más prudentes en esta ocasión a la hora de mofarse de los usos y costumbres catalanas. “La película no habla del conocimiento sociológico de una región, sino de su propio desconocimiento”, continúa San José. Y añade Cobeaga: “Tiene el punto de vista de un vasco, que piensa que los calçots son una mierda comparados con un chuletón”.

SIN DISCURSO POLÍTICO

Todo el equipo se ha esforzado en señalar que no debería verse la película con ninguna pretensión de carácter político. “Sería una pena, porque su única intención es hacer reír y a lo sumo, quitarle hierro al asunto a través del humor”, contaba Dani Rovira.

Berto Romero, una de las incorporaciones estrellas de la película, que interpreta a un 'hipster' catalán, también intentaba poner un poco de 'seny': “Es una película que no juzga ni tiene discurso político. Si se habla de ello es porque nos encontramos en una situación de mucha irritación social. No descarto que moleste a algunos, pero como puede hacerlo 'Dora, la exploradora'”.