Pi de la Serra contra los fariseos

El trovador formula una crítica social mordaz en 'Dues tasses', que presenta este viernes en el Auditori

El cantautor Quico Pi de la Serra, fotografiado en Barcelona el 12 de noviembre.

El cantautor Quico Pi de la Serra, fotografiado en Barcelona el 12 de noviembre. / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Para Quico Pi de la Serra, los cantautores son “un poco como los profetas del desierto”, cuya función es “recordar, alertar, denunciar…” Así le ha salido un disco, ‘Dues tasses’, que combina canciones nuevas con regrabaciones de piezas antiguas, dotado de punzantes acentos críticos. “Me han dicho que mis canciones mantienen una vigencia porque hablo de cosas que tienen 6.000 años: la necesidad de libertad, de vivir bien, de tener amor…”, explica el autor de ‘L’home del carrer’, que presenta este nuevo trabajo este viernes en la sala 3 del Auditori (21.00 horas).

Se refiere a piezas como la ácida ‘Els fariseus’, de 1967. “Entonces la represión era más clara, pero ahora vivimos en una sociedad enferma donde la justicia está en manos de quien controla los mercados, que son psicópatas, y cada día hay más desigualdad. Por eso voté a Colau en las municipales”, explica. Hace unos días publicó, con Lluís Cabrera (Taller de Músics) y Daniel Negro (Harlem Jazz Club), un artículo en este diario dirigido al ayuntamiento contra la cultura elitista. El cantautor confía en que el nuevo equipo municipal “creará infraestructuras en los barrios en lugar de repartir el dinero público entre unas cuantas empresas privadas”.

CANCIONES MÁS IRÓNICAS QUE INDIGNADAS

En ‘Dues tasses’ recupera otras canciones, como ‘Inventari’, ‘Suau’ y ‘Merda’ (que en su versión de 1971 se tituló ‘Verda’ para esquivar la censura), modificando arreglos pero respetando trazos esenciales. “La línea melódica de una canción es intocable”, advierte. Y adapta ‘L’escola de Ribera’, de Ovidi Montllor, con sus imágenes de pupitres y capellanes. “Una canción premonitoria viendo lo que luego ha hecho Wert”, apunta el cantautor.

Conviven con piezas nuevas, más irónicas que indignadas, como ‘Quan un es fa gran’, ‘brassensiana’, y ‘S’ha de parlar per més dir’, “que acaba con una máxima de la CUP, ‘el enemigo marchará cuando no le hagas ni caso’”. Exhibe un lenguaje musical asentado, con roces de blues y jazz. De muy joven quedó marcado por Big Bill Broonzy y hoy sigue al frente del programa ‘T’agrada el blues?’, de Catalunya Ràdio, donde cada semana graba un pieza instrumental. “Alguien dirá, ¿pero este señor es cantautor, guitarrista, toca blues…?”, se pregunta. Para él, el cantautor es “un músico que no tiene género, que copia como todos, que canta sin tener necesariamente buena voz, y que lo hace con libertad”. 

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