Jaume Cabré vuelve al libro infantil 35 años después

El autor de 'Les veus del Pamano' presenta 'En Pere i el bosc', un álbum ilustrado escrito pensado para su nieto

Jaume Cabré, con la ilustradora Júlia Sardà

Jaume Cabré, con la ilustradora Júlia Sardà / FERRAN SENDRA

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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Hace 35 años, Jaume Cabré era padre de dos niños, Martí i Clara, y cada uno de ellos tuvo un libro escrito pensando en ellos y también en el resto de lectores de su edad, entre los 7 y los 14 años. Así que el autor de 'Les veus del Pamano', 'Senyoria' y 'Jo confesso' incluyó a su entonces aún incipiente bibliografía dos títulos entre lo infantil y juvenil, 'L'home de Sau' y 'La història que en Roc Pons no coneixia'. Ahora, Jaume Cabré además de padre es abuelo, y ha vuelto al sentir la misma inquietud. Solo que ahora se ha puesto manos a la obra antes, y el libro que acaba de recibir su nieto Pere (y los lectores de edades similares, de 3 a 5 años) está pensado para que se lo lean en voz alta, con ilustraciones y solapas para levantar. Es 'En Pere i el Bosc', el álbum ilustrado que Cabré ha presentado esta mañana en el Ateneu Barcelonès.

'En Pere i el Bosc' se publicará en catalán y traducido al castellano, en los sellos Estrella Polar y Timun Mas, con ilustraciones de Júlia Sardà, una joven artista que cuenta ya con obra publicada en Gran Bretaña y Alemania. Este es la primera experiencia de Cabré con el álbum ilustrado (aparte de un encargo que recibió en los años 80, 'El blauet', ilustrado a posteriori.

El libro empieza con Pere yendo a buscar el coche de bomberos que ha perdido en medio del bosque. Allí empezará a encontrarse con varios animales que le descubrirán todo un mundo. Un erizo, un buho, una ardilla, una rana... 

NO SERÁ EL ÚLTIMO

Y, avisa Cabré, habrá al menos un libro más. Su nieta Mariona no se quedará sin el suyo... A pesar de que el escritor considera que escribir para niños no es nada fácil, porque se trata de un lector "inteligente pero inculto" al que se le deben plantear textos "que sean claros pero inteligentes". Y es que al cliente se le tiene que escuchar: Cabré explicó primero su cuento de viva voz a su nieto, y este le criticó el final, lo que fue "una enmienda a la totalidad".