Desmontando el mito alemán

CRÓNICA 'El matrimoni de Maria Braun' impacta a Temporada Alta

Una escena de 'El matrimoni de Maria Braun'.

Una escena de 'El matrimoni de Maria Braun'.

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / GIRONA

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El matrimoni de Maria Braun, adaptación al teatro de la película de Fassbinder a cargo del referencial director alemán Thomas Ostermeier, vivió el sábado el estreno en España en el Municipal de Girona. El fascinante personaje de la amoral heroína del filme, encarnado por una elegante, sensual y expresiva Ursina Lardi, acompañada por cuatro actores masculinos desdoblados en una veintena de personajes, cautivó a Temporada Alta.

El desmontaje de los mitos de la creación de la República Federal Alemana, entre ellos el del milagro económico, se traduce en esta producción en una más contundente radiografía dramática confrontada con la comicidad de la farsa que se desarrolla en escena a veces con sutil ironía y otras bordeando el desenfreno. El resultado no es otro que un descarnado retrato de la dura posguerra a partir de la peripecia vital de la superviviente protagonista tras la derrota de la Alemania nazi.

Potencia visual

Incomprensible el problema inicial con los subtítulos, arreglado sobre la marcha. Por suerte, la potencia visual de la sencilla escenografía expuesta en una única habitación, con sillas y mesas de cóctel de los años 50, y el impecable trabajo de los intérpretes, nos devolvieron al clima del relato. Ostermeier no renuncia a las raíces cinematográficas de la historia usando la pantalla para describir escenas del nazismo y la guerra y para reforzar momentos de la acción. Durante la segunda guerra mundial, Hermann y Maria se casan pero solo llegan a convivir un día y medio. Él se va al frente y no regresa. Ella sobrevive como puede en un bar de alterne y, tras haber dado por muerto a su marido, se convierte en mantenida de un soldado americano negro. El inesperado regreso de Hermann provocará el asesinato del amante a cargo de Maria, pero su esposo asumirá las culpas.

La protagonista ejemplificará con su posterior deriva la lucha de una mujer para conseguir una vida mejor. Utilizará su cuerpo y su cabeza para lograrlo empleando las armas del mundo masculino dominante. Ella cree tener el control de su vida emocional, pero acabará siendo atrapada por las leyes de la economía de su país, en la que es la más potente metáfora de la falta de principios éticos que alimentaron la reconstrucción alemana. Acabará pagando muy caro este error y se sentirá traicionada por Hermann, al que ha estado esperando y que se ha convertido en heredero conjunto con ella de los bienes del industrial que fue su último amante. Ostermeier da su propia visión del relato sin traicionar el espíritu de la película. El director consigue con un estilo más clásico del habitual imponer una tragicomedia desplegada con una precisa y dinámica puesta en escena.