INICIATIVA EN FAVOR DE LOS DERECHOS HUMANOS

Barenboim, en la ONU

Barenboim, en pleno concierto, este sábado, bajo la bóveda de Barceló de la sede de la ONU.

Barenboim, en pleno concierto, este sábado, bajo la bóveda de Barceló de la sede de la ONU.

ROSA MASSAGUÉ / GINEBRA

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Daniel Barenboim dirigiendo a la West-Eastern Divan Orchestra bajo la bóveda de Miquel Barceló en la sala XX, la de los Derechos Humanos, de la sede ginebrina de la ONU, es toda una declaración de intenciones. La primera, como rezaba el título del concierto que ha tenido lugar este sábado, es la del entendimiento entre las civilizaciones y el respeto de los derechos humanos.

La segunda intención es la de convertir este concierto en una cita anual retrasmitida a todo el mundo. Algo así como una versión del concierto vienés de Año Nuevo, pero con una filosofía que ponga por delante la paz.

Barenboim ha montado un concierto monográfico de Mozart. ¿Por qué? Su respuesta en la rueda de prensa ha sido: «¿Por qué no? Su música habla por sí sola. Es un músico que no ha sido superado». ¿Y por qué las sinfonías nº 39 en mi bemol mayor, la nº 40 en sol menor y la nº 41 Júpiter? «Porqué permiten a la orquesta mostrar su habilidad, porque se adaptan a la acústica de la sala, por el tamaño de la orquesta y porque estas últimas sinfonías son en realidad una trilogía».

Sensación melancólica

En la primera de las sinfonías interpretadas, la pomposidad del primer movimiento se adaptaba perfectamente a la ocasión y en el resto de movimientos, Barenboim ha introducido un tempo lento, casi ceremonioso. En la segunda, con la sala envuelta en una luz azul y con las estalactitas de la bóveda se generó una sensación melancólica casi abismal a lo que sin duda contribuía el modo menor en que Mozart la escribió.

El carácter triunfal de la sinfonía Júpiter ha sido el cierre de un concierto que ante un público puesto en pie Barenboim definió como «muy especial». El director ha recordado la coincidencia con el que habría sido el 80º aniversario de Edward Said, el académico palestino fallecido prematuramente con quien el músico creó la fundación que ha alumbrado a la West-Eastern Divan. «Ha sido el trabajo de nuestra vida», ha dicho.

Tras enumerar las distintas nacionalidades de los miembros de la orquesta procedentes de Oriente Próximo, ha expresado su deseo de que aquellos países lleguen a vivir según los principios de la Revolución Francesa: «Libertad, igualdad y fraternidad, aunque para este último quizá todavía no es hora».

Director y orquesta serán los protagonistas de las próximas cuatro ediciones del concierto que convoca la Fundación ONUART, que preside Miguel Ángel Moratinos, organización que había promovido la impresionante bóveda de Barceló.

Mediapro es la productora del concierto, que ha emitido por más de 30 países y otros lo harán en el futuro, algunos de ellos el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos HumanosTVE lo hará el 13 de diciembre. El de este sábado es el segundo concierto por el entendimiento de las civilizaciones. El primero tuvo lugar el pasado año y sus protagonistas fueron el tenor Juan Diego Flórez y la orquesta de jóvenes que forma parte de su proyecto formativo en Perú.