UNA DE LAS JOYAS DEL FESTIVAL TEMPORADA ALTA

Donnellan, el Bardo y la Rusia corrupta

'Mesura per mesura' llega a Girona tras triunfar en Vitoria

IMMA FERNÁNDEZ / VITORIA

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Shakespeare se adelantó a todos. Ahí está, por ejemplo, su Angelo, el desalmado e hipócrita legislador de Mesura per mesura, como retrato certero de todos los que al sentarse en la poltrona se tornan corruptos. O de los que, como acaba de sentenciar el Partido Comunista de China, condenan a sus súbditos por relaciones sexuales no apropiadas (y por jugar al golf). El británico Declan Donnellan, uno de los directores escénicos más reputados, no tiene compañía china, pero sí una rusa, muy apropiada también para el texto. Son los actores del Teatro Pushkin de Moscú y con ellos ha revisitado la trama de corrupción y moralidad del Bardo, que ubica en la Rusia contemporánea. Mesura per mesura, firmada por Cheek by Jowl, la prestigiosa compañía creada por Donnellan y Nick Ormerod en 1981 (en 1999 formó la rusa y en el 2007 una francesa),visitará este miércoles y el jueves el festival de Temporada Alta tras su paso triunfal por el Teatro Principal Antzoika de Vitoria.

Sobre el escenario, cinco grandes cubos rojos (algunos luego convertidos en habitáculos) por los que se mueven y corren en masa coreográficamente los actores. De esa masa, variopinta fauna de policías, prostitutas, novicias, proxenetas, presos o carceleros van soltándose uno tras otro los principales personajes. Esos ingeniosos movimientos, ilustrativos de una obra que, según Donnellan, retrata al hombre como «un animal social» y habla de «cómo uno vive en sociedad y qué hace dividido en grupos», son uno de los mayores atractivos de una pieza que el creador dirige como un mecanismo de relojería de enorme precisión.

Por la historia van asomando desde el Duque de Viena, que decide dejar su gobierno en manos de Angelo y ocultarse bajo el hábito de un fraile para ver cómo le van las cosas, hasta Isabella, la novicia que le suplica a Angelo perdón para su hermano Claudio, sentenciado a muerte por lascivia; por liarse con su amada antes de tiempo. Angelo chantajeará a la joven suplicante: su virginidad a cambio de la vida de Claudio (que en una emotiva escena clama piedad al violonchelo).

No ha querido Donnellan hacer sangre sobre la Rusia de hoy con escenas de impacto y brutalidad. Ha huido de los excesos, también en las interpretaciones, pero no es difícil imaginar bajo el frío e inmisericorde pelaje del actor Andrei Kuzichev (Angelo), firmando penas de muerte cual multas de tráfico, al todopoderoso exdirigente de la KGB. «Noooooo, no es Putin», sonreía el actor Valery Pankov (el Duque) tras la aplaudida función en Vitoria.

El director afirma que la obra «tiene resonancias en todos los sitios donde se representa», incluido Moscú, donde fue estrenada hace dos años y tuvo una acogida «extraordinariamente positiva». «Es una obra política sobre corrupción, pero también sobre nuestra propia capacidad para ser corruptos. Es un texto muy actual sobre cómo los gobiernos utilizan la vergüenza para intentar controlarnos», agrega Donnellan, encantado de gobernar al excelente elenco ruso. Defensor del trabajo del actor (y del gesto más allá de la palabra), el creador del brillante Ubu Roi que se vio en el Grec 2014 les hace bailar a su son pero sin corromper su alma rusa. «Compartimos la misma prioridad: la búsqueda de la vida», apostilla.

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