ESTRENO EN TEMPORADA ALTA Y BORRÀS

Mamet contra Hollywood

Julio Manrique dirige y coprotagoniza 'Una altra pel·lícula', lúcida sátira sobre el capitalismo

Productores 8Julio Manrique y David Selvas, en 'Una altra pel·lícula', de David Mamet.

Productores 8Julio Manrique y David Selvas, en 'Una altra pel·lícula', de David Mamet.

IMMA FERNÁNDEZ / BARCELONA

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A Julio Manrique le seduce David Mamet porque habla de cosas que le «descolocan y desafían» y sus personajes «luchan hasta el final; no se rinden». Ya se las vio con la pareja en crisis de Els boscos y con los perdedores de American Buffalo -uno de sus mayores éxitos-. Ahora viaja de la mano del lúcido dramaturgo, guionista y director norteamericano al «infierno» de Hollywood en Una altra pel·lícula (Speed-The-Plow), que se estrena este viernes en el festival de Temporada Alta y recalará en el Teatre Borràs el 29 de octubre al 29 de noviembre. Manrique se reserva un papel -junto a David Selvas y Mireia Aixalà- en esta «sarcástica y despiadada» crítica a la topopoderosa industria cinematográfica. «Una sátira feroz sobre el capitalismo. La gente vale lo que cotiza en el mercado», resume el director y actor.

En escena, dos productores de cine tienen entre manos un ambicioso proyecto con el que aspiran a forrarse. La llegada de una nueva secretaria dinamitará la trama al sugerir una película alternativa más allá del beneficio económico. La ingenua joven propone adaptar una novela, El puente, sobre la decadencia de la civilización occidental, los miedos y el fin del mundo. Recién llegada a la jungla, dispara a sus conciencias recordándoles que el trabajo de un productor debe servir para algo más que para hacer dinero. Los tres se enzarzarán en un frenético combate entre el poder y la ética; la corrupción y la pureza; la desconfianza y el amor. «Son como trileros con traje y corbata que se pasan la obra negociando», ilustra el director.

Es la eterna disyuntiva entre arte y taquilla trasladada al Hollywood de los años 80, cuando los estudios se convirtieron en fábricas de hacer blockbusters, películas de acción y palomitas. El propio Mamet, que escribió esta obra en 1988, cuando ya había firmado su excelente ópera prima, Casa de juegos, y los guiones de las taquilleras Los intocables de Elliot Ness y Veredicto final, se miró en el espejo y trasladó sus dudas, preguntas y cinismo a los personajes. «Mamet era los tres personajes y se estaba peleando consigo mismo», argumenta Manrique, que ha optado por mantener la época ochentera en una adaptación «muy cinematográfica» con recursos audiovisuales. Curiosamente, recuerda, este sarcástico varapalo a la industria se estrenó en Broadway con Madonna en el papel de Karen. O sea, con interminables colas y taquillazo asegurado.

A Manrique y Selvas, coproductores del montaje con su compañía La Brutal junto a Temporada Alta, también les atañe el dilema de Mamet, el debate entre teatro comprometido o de entretenimiento. «¿Nuestra obligación es satisfacer lo que el público espera de nosotros? ¿Qué espera de nosotros?», se cuestiona Manrique. «Creo que hay que pensar en el público pero sin renunciar a las historias que queremos explicar», resuelve.