EL LIBRO DE LA SEMANA

Estornudo letal

Ambicioso retorno de Don Winslow al mundo del narco mexicano

El novelista norteamericano Don WInslow, en su última visita a España.

El novelista norteamericano Don WInslow, en su última visita a España.

ENRIQUE DE HÉRIZ

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Aunque Don Winslow empezó a publicar en los 90 y ha firmado ya más de una quincena de novelas (cinco de las cuales siguen aún sin traducción al castellano), su gran puñetazo en la mesa de la llamada novela criminal era, hasta ahora, El poder del perro. Su publicación (2005) lo situó directamente en el podio de esa categoría, en comparación inevitable con James Ellroy. El ruido armado por esa novela -que relataba con conocimiento profundo, maestría formal y vértigo narrativo la permanente sangría del narcotráfico mexicano, sin olvidar el correlato de su clientela al otro lado de la frontera- fue tan estruendoso que Winslow parecía condenado a quedar para siempre como autor de un solo libro por mucho que siguiera escribiendo y publicando. Hasta hoy.

Ha vuelto Art Keller, el agente de la DEA especializado en narcotráfico, empeñado en funcionar más que nunca como «agente libre» para rematar su larga y más que sangrienta enemistad con el capo Adán Barrera. La intención de regresar a ese mundo de la mano del mismo protagonista y para contar una historia parecida podría provocar, antes de la lectura, una pregunta escéptica: ¿Más de lo mismo? Y, una vez cerrado el libro y acallado el eco de los últimos disparos, una respuesta contundente: sí, por fortuna. Esto es lo que Winslow sabe hacer, y lo hace mejor que nadie. Maneja la información con un nivel de detallismo pasmoso, domina el ritmo, es capaz de graduar la intensidad en una altura casi imposible de mantener, dibuja sus personajes con trazo muy firme y con ellos se desliza sin pausas por una trama compleja, emocionante, en la que las sorpresas no son trampitas de autor taimado, sino atroces golpes de la vida. Según Ellroy, estamos ante la Guerra y paz del narcotráfico. Quizá sería más exacto afirmar que esta serie es al narcotráfico lo mismo que fue El padrino a la mafia, en comparación extensiva al hecho de que en ambos casos las dos primeras entregas compiten en calidad.

Tal vez consciente de que sus lectores más fieles echarán de menos el factor sorpresa que supuso la lectura de El poder del perro, Winslow experimenta aquí por primera vez con las aliteraciones típicas de Ellroy, como si quisiera suscribir esa comparación tan frecuente. Más meritorias son otras novedades, como la aparición de dos secundarios magistrales, una prostituta y un niño, que nos permiten atisbar los modos de penetración del narco en la sociedad mexicana.

Valentía

Para algunos autores, volver al mundo del libro que les ha dado la fama es un acto de oportunismo comercial y cobardía literaria. Este caso, por el contrario, es un ejemplo de doble valentía: literaria, porque Winslow ha sido capaz de mantener el nivel de exigencia en su regreso; y política, porque la novela expone con la misma crudeza la brutalidad de los cárteles y la negligencia mezquina de quienes fingen olvidar que el polvo de la coca expande responsabilidades, en un estornudo letal, a ambos lados de la frontera. Una frontera que, por cierto, se desplaza en esta entrega incluso a Barcelona, escenario pasajero y final de la globalización del caótico crimen organizado. 

Don Winslow

RBA

Trad. Efrén del Valle

696 págs. 20 €