LA DESPEDIDA DE UNA BANDA IRREPETIBLE

Standstill: "No quisimos vender nuestros valores a Audi"

El grupo de Enric Montefusco dice adiós a los escenarios con dos conciertos en la sala Apolo

Standstill se despide de los escenarios

Standstill se despide de los escenarios / FEDERICO ÁLVAREZ

NANDO CRUZ / BARCELONA

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En mayo anunciaron un parón indefinido, pero esta semana se consumará la decisión de Standstill de abandonar los escenarios tras dos últimos conciertos (el jueves y el sábado en la sala Apolo) que quedarán inmortalizados en un deuvedé.  Después de dos décadas de trayectoria, de autogestión creciente, de renovación obsesiva y tesón incontestable, la banda barcelonesa deja de existir. Enric Montefusco, líder y portavoz del grupo, ahonda en los porqués.

-La mayoría de grupos se separan mediante un comunicado. ¿Por qué Standstill quiere dar explicaciones?

-Es coherente con la relación que hemos establecido con nuestros seguidores: explicar lo que hacemos para que no se malinterprete.

-¿Cómo llegaron al punto de reunirse para decidir disolver el grupo?

- Es un desgaste. Ha habido reuniones para ver si seguíamos o no tras cada disco. Estamos acostumbrados a vivir en el filo artístico, económico, de equilibrio interno... Al final la ilusión puede, hacemos un último esfuerzo y levantamos otro disco. Pero esta vez ha sido más insalvable.

-Hay músicos que aseguran que sienten haber vivido más dentro de este oficio que si hubiesen tenido una existencia más convencional.

-No es exclusivo de la música. Crear un proyecto de la nada, salir al mundo y defenderlo para que sea viable te obliga posicionarte más que si ocupas tu parcela en una empresa y no te enteras de nada. Crear tu sello implica entender qué significa sacar un producto, con quién te has de ver, a quién has de convencer, qué cosas te tienes que tragar... Te tienes que definir en muchas cosas. Y no todos los grupos tienen que hacerlo.

-Hace unos años les ofrecieron ser la imagen de una campaña de Audi.

-Querían potenciar la idea de la exigencia. Tenían la campaña internacional con imágenes de Stravinsky dirigiendo a sus músicos y en la española querían hacernos actuar.

-¿Por qué rechazaron la oferta?

-Era muy literal el hecho de vender tus valores. Has conseguido crear una imagen de cierta autenticidad, compromiso, exigencia... Entonces, llega una marca, ve esos valores y dice: esto lo quiero para mí, ¿cuánto vale? En aquel momento teníamos deudas y eso nos salvaba el culo. Entiendo por qué lo hacen otros grupos porque la mayoría de los que aceptan estas cosas no lo hacen por enriquecerse sino para poder seguir tirando. Nosotros tocamos en festivales rodeados de pegatinas, pero esto era muy heavy. No nos lo podíamos permitir. Era vender aquello por lo que estamos luchando a diario.

- Su última gran apuesta fue colarse en el mundo de los festivales.

-Siempre hemos tenido una relación rara y de fricción con el mundo del festival. Nuestra última embestida fue hacer un espectáculo pensado para ese marco. Y ha sido decepcionante. Los festivales piensan en otros términos: en el tamaño de  tu nombre en el cartel, en tu capacidad de convocatoria... Al final, parece que el éxito de un grupo depende de si la gente canta el estribillo o si da palmas o no. Intentamos hacer algo distinto en un lugar donde no se puede. Ha sido una lucha perdida.

-Se metieron en la boca del lobo.

-No había otra. Ojalá pudiera hacer una gira de auditorios o de salas por toda España, pero el público ya no tiene hábito de ir a salas y los auditorios cada vez tienen menos dinero. Hemos tocado en todos los festivales, pero en condiciones que no son las que esperábamos. Y no hablo de ganar dinero, sino de recuperarlo.

-Si cada vez se mueve más dinero alrededor de la música en vivo, ¿por qué un grupo con bagaje y prestigio como Standstill no puede hacer una gira española de 60 conciertos?

-Porque la industria musical ha quedado reducida al circuito de festivales.El festival es el escaparate, pero luego no pasa nada. Como mucho, tocas en otro festival. Y todos tienen asumido su poder, así que en los últimos años han bajado los cachés a la mitad a todo el mundo porque se han dado cuenta de que tocarás igual porque no tienes otra.

-«Esperamos que esto haya sido útil para los demás», ha dejado escrito.

-Te dedicas a la música porque te llena y lo necesitas, pero todo lo que haya servido a los demás me hace sentir bien. No es algo únicamente egoísta: ayuda a la gente a compartir cosas, a sentirlas, a comprenderlas, a vivir momentos bonitos... Es importante dar. Y al final... (hace una pausa para retener una lágrima)... estás más orgulloso de esta otra parte.