GALARDÓN deL MINISTERIO DE CULTURA

Martínez de Pisón, premio de Narrativa

Reconocimiento al autor por 'La buena reputación'

Ignacio Martínez de Pisón, ayer, en Barcelona.

Ignacio Martínez de Pisón, ayer, en Barcelona.

AGENCIAS / MADRID / BARCELONA

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El escritor zaragozano afincado en Barcelona desde hace 33 años Ignacio Martínez de Pisón (1960) ha obtenido este lunes el Premio Nacional de Narrativa por su obra La buena reputaciónque concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y está dotado con 20.000 euros. La obra galardonada es, dice el fallo del jurado, «un retrato del mundo judeoespañol en Melilla en la época del Protectorado y el complejo desarrollo de una red de relaciones familiares en el marco de un relato extenso, muy fiel a la tradición novelesca».

En rueda de prensa posterior al anuncio del premio, el escritor aseguró sentirse «encantado y feliz» por el reconocimiento y añadió que en ningún caso iba a rechazar el galardón, como sí han hecho recientemente otros intelectuales distinguidos por el Gobierno del PP, como la fotógrafa Colita o el músico Jordi Savall. «Los premios no los otorgan los gobiernos, sino jurados críticos que representan a la sociedad», zanjó el autor de novelas como Carreteras secundariasEnterrar a los muertos y El día de mañana, y que debutó en 1984 con La ternura del dragón.

Vallas y fronteras

Sobre La buena reputación, recordó Martínez de Pisón que lamentablemente ilustra momentos de migración que siguen vivos. «La geopolítica se impone en nuestras vidas y las cambia», afirmó el escritor, que lamentó que se sigan generando olas migratorias que hacen que haya personas que no sean dueñas de su vida sino títeres de los grandes acontecimientos.

Puso como ejemplo la construcción de vallas y la existencia de personas que buscan, cruzando fronteras, asilo de guerras, unas situaciones que se están «generalizando» y que hacen dudar de los principios fundacionales de entidades como la Unión Europea. Su texto se adentra en el conflicto de las identidades, un sentimiento que suele sobreponerse a las vivencias personales, ha lamentado; mientras que a su juicio «la identidad es algo unido a los propios recuerdos y vivencias», aunque remarcó que a él le gustan poco «las exaltaciones identitarias».

«Una sociedad tiene que saber de dónde viene para llegar a conocerse. Pero fíjense lo que tardan en cicatrizar las heridas de la historia. Han pasado cinco siglos desde el decreto de expulsión de los judíos y todavía sentimos que nos falta algo, como los mancos que siguen teniendo dolor en el brazo que no tienen», señaló.

Después de este proyecto, sigue inmerso en nuevos trabajos, en este caso la historia de un imitador del cantante griego Demis Roussos, además de otra investigación sobre un estafador austriaco en la España de las décadas de los 30 y 40.