TERROR

'Una chica vuelve a casa sola de noche', vampiros en un falso Irán.

Una chica vuelve a casa sola de noche Vampiros en un falso Irán_MEDIA_2

Una chica vuelve a casa sola de noche Vampiros en un falso Irán_MEDIA_2

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ana Lily Amirpour

Tras su apariencia de película sobre vampiros iranís, Una chica vuelve a casa sola de noche es, de hecho, una atractiva producción independiente norteamericana realizada por iranís afincados en Estados Unidos: la ciudad de Irán donde acontece la acción, Bad City, no existe y el filme se ha rodado en el sur de California.

Destaca, más allá de la extrañeza inicial de ver a una vampira con velo musulmán y otras referencias a la cultura iraní, por su capacidad para desenvolverse en el terreno del pastiche y su exquisita fotografía en blanco y negro. Es un filme básicamente nocturno y con una geografía urbana industrial, y algunas de las secuencias con los personajes hablando, de noche, frente a fábricas y chimeneas humeantes, tienen una belleza casi transfigurada, muy en duermevela como en general deben serlo todas las buenas historias de vampiros.

Podrán reconocerse influencias de otros cineastas, norteamericanos y también independientes, que se han acercado al temario vampírico, caso de Abel Ferrara con The addiction, Michael Almereyda con Nadja y Jim Jarmusch con Solo los amantes sobreviven, pero el trabajo de la debutante Ana Lily Amirpour tiene siempre un hálito propio. El relato se mueve entre el terror nocturno y la comedia, entre la revisión de cierta estética idealizada de los años 50 (el protagonista masculino parece un remedo en persa de James Dean) y el spaghetti-western. Referencias y posmodernidad bien controlada para revisar, con nuevos ojos, una figura clave

del cine fantástico. Q. C.

TEMAS