ENTREVISTA

Alexandra Jiménez: «Disfruté mucho en medio de tiros y persecuciones»

La joven actriz aragonesa comparte protagonismo con Imanol Arias y Quim Gutiérrez en 'Anacleto, agente secreto'

«Disfruté mucho en medio de tiros y persecuciones»_MEDIA_1

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JULIA CAMACHO / MARBELLA

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Convertida en una versión casera de las chicas Bond, Alexandra Jiménez (Zaragoza, 1980) llega con una risa contagiosa y satisfecha por haber participado en Anacleto, agente secreto, una película de acción que, a tenor de la reacción del público en su primera proyección en Marbella, está convencida de que garantizará entretenimiento y diversión .

­—La gente se ríe a carcajadas en algunas escenas...—Me siento feliz porque lo que necesita esta película es el público, es el efecto contagio. Ocurre en toda comedia, pero más si la mezclas con la accion, con elementos de cómic, momentos descacharrantes y con otros muy salvajes... Necesitas comprobar que la gente acompaña todo eso y lo eleva más, que es lo que pasó la noche del lunes y lo que esperamos que suceda cuando se estrene en los cines. Y luego Javier (Ruiz Caldera, el director) ha hecho un trabajo impecable, se supera cada vez más a sí mismo.

—Su personaje es Katia, la novia del protagonista (Quim Gutiérrez), y participa en algunas de las escenas claves de la película ¿Cómo definiría su papel?—Mi mayor función era estar todo el rato corriendo de un lado para otro y esquivar balas de fogueo, que no es poco para no ir al gimnasio ni hacer siquiera bicicleta. Fue un trabajo duro, y la verdad es que disfruté muchísimo envuelta en los tiros, los coches, las persecucione, las carreras...Ver saltar a Quim o Imanol desde la altura que lo hicieron... estaban preparadísimos, llegaron muy en forma y son muy valientes, constantemente deseando a hacerlo todo, sin especialistas ni nada, había incluso que pararles los pies... De todas formas, cuando hay balas en medio no te vale nada, ninguna experiencia, solo correr. Y si eres cobarde como yo, que oigo un petardo y me meto debajo de la cama, menos aún...

—¿Se imaginó alguna vez participando en una película de este estilo?—Siempre pensé que sería divertidísimo poder hacer una peli de acción, como actriz a veces te divierte hacer cosas que no te divierten como espectadora o no son tu primera apuesta para ir a una sala porque tienes la mente colocada de otra manera, pero te parece que sería la bomba ponerte en medio de esto, que es lo que me ha pasado en esta película...

­—Y además repite experiencia con Javier Ruiz Caldera, con quien ya coincidió en otras dos ocasiones.—Cuando quiera contar conmigo, me tiro en plancha... cada película se supera, sus trabajos son impecables y es el mejor director que tenemos ahora mismo en este país. El lunes, viendo la cinta por segunda vez -la primera vez no la ves realmente, estás pendiente de otras cosas, de buscar defectos...- ya es cuando disfruté del resultado, y me sentía tremendamente afortunada de formar parte del reparto porque me parece que no hay nada que se le ponga por delante que no pueda hacer bien.En Anacleto, además, ha logrado una integración perfecta entre el mundo real y el del cómic, no te planteas dónde termina el cómic y dónde empieza la historia más realista...

—Todos los actores del reparto coinciden en alabar la forma de dirigir de Javier Ruiz Caldera, ¿qué le hace tan diferente?— Es muy bueno para todo... En los rodajes sueles notar cuando hay problemas técnicos, sucede ésto o aquello y la propia energía del rodaje cambia. Con Javi no ocurre esto, nunca te enteras de nada porque todo funciona, y si no lo hace no te das cuenta porque hace un gran trabajo de preproducción sean cuales sean las condiciones. Va con el trabajo tan hecho al rodaje que cada departamento sabe bien lo que tiene que hacer, para mí ese es el verdadero secreto... Al mismo tiempo, te da mucha libertad, o, al menos, sientes que tienes mucha libertad pero estás completamente sujeta por sus manos. Tiene tanto corazón, tanta mano izquierda y tanta inteligencia que te hace sentir que verdaderamente estás haciendo lo que quieres y no, eso es maravilloso... Hacerte sentir dueña de tu trabajo y, al mismo tiempo, tirar de los hilos necesarios para reconducirte, porque se nos puede ir mucho la cabeza a los actores...

—Es la única chica del rodaje, ¿cómo fue la experiencia de rodar con figuras como Imanol Arias y Quim Gutiérrez?—Me muero de vergüenza cuando se lo digo, porque desde adolescente uno de mis actores favoritos en este país es Imanol Arias, se me cae la baba viendole... Yo he llegado a ver una secuencia suya en Cuéntame, ya empezada y sin estar muy atenta a la trama, y se me caían los lagrimones al suelo... Cuando un actor te provoca eso en cero segundos, es maravilloso, e Imanol tiene eso. Estar a su lado es un honor. Y Quim me fascina como trabaja, es una gozada poder verlos mano a mano, lo preparados que están, la disciplina que tienen... Quim tiene el rigor, la disciplina, una capacidad de trabajo y una comicidad muy grande, hay poca gente que tiene todas esas cosas, aparte de la gracia y el encanto personal...

­—Tiene pendiente de estreno aún varias comedias, pero parece que un actor no es tenido en cuenta hasta que no hace dramas...—Es que en la comedia a veces también haces papeles profundos, la comedia está en todas partes, el drama también, son prismas diferentes de una misma situación. Pero tiene que ver con cómo colocamos las cosas buenas o malas que nos suceden. Como en la vida, lo dramático nos parece mucho más importante, mientras que las cosas que nos hacen sentir bien las olvidamos antes, no le damos el peso suficiente...

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