Explosivo Bros en Torroella

CRÓNICA El tenor abre la programación con un intenso recital

Josep Bros, en Torroella.

Josep Bros, en Torroella.

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / TORROELLA DE MONTGRÍ

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La 35ª edición del Festival de Torroella inició la noche del domingo su concentrada andadura hasta el 20 de agosto con un intenso recital de Josep Bros, acompañado al piano por Marco Evangelisti. El tenor ofreció un programa de arias de óperas, romanzas de zarzuela y canciones populares que entusiasmó al público del Espai Ter. Inauguración complaciente, a la espera de las nuevas perlas de una cita que cultiva este año las buenas voces, el piano y la música antigua.

El repertorio elegido por Bros arrancó con dos conocidas piezas de Tosti que los cantantes líricos suelen utilizar en las propinas, Vorrei morire y L'ultima canzone. De hecho toda la primera parte se asemejó a un recital de bises, con el tenor poniendo toda la carne en el asador de su aguda tesitura desde el inicio. Esta estrategia canora, que repetirá en la Quincena Musical de San Sebastián, tuvo la virtud de calentar su voz y también la receptividad de la sala. La perfecta acústica del espacio permitió además que la proyección decibélica se multiplicara, a veces demasiado, todo hay que decirlo, y que al buen fraseo y afinación del cantante se sumara una efectista explosividad.

Por si todavía quedaban dudas de por donde iban a ir los tiros, Bros abordó la aclamada Una furtiva lágrima de L'elisir d'amore de Donizetti. Audiencia entregada. Siguió la receta con la popular canción de Gastaldon Musica proibitaE la solita historia del pastore de L'arlesiana de Cilea, dos canciones de Denza y un final de la primera tanda con Ma se me forza perderti de Un ballo in maschera de Verdi.

La continuación fue un camino de rosas. Repertorio francés para empezar con la canción Ouvre tes yeux bleus y la bellísima aria Pourquoi me reveiller de Werther de Massenet, acogida con bravos. Una bien resuelta Aprés un rêve de Fauré preparó el terreno para la lírica ¡Ah, Léve-toi soleil! de Romeo y Julieta de Gounod. El cantante y un atinado Evangelisti parecían pasarlo muy bien, pero quedaba un vitoreado turno de zarzuela con romanzas de Torroba, Guerrero y Por el humo se sabe donde está el fuego de Doña Francisquita de Amadeo Vives.

Buen comienzo

No puede ser de La tabernera del puerto, recibida con delirio, no podía faltar en los previsibles bises, rematados con una canción de Toldrà y la siempre impactante Granada. Un buen comienzo para una muestra que contará con la presencia de grandes formaciones como The King's Consort dirigida por Robert King, Concerto Italiano con Ronaldo Alessandrini, Hespèrion XXI con Jordi Savall y Academia 1750, orquesta del festival. Voces como la de Anna Prohaska, la nueva reina de la ópera barroca, María Bayo, Anna Alàs, Laia Frigolé, Víctor Sordo, Pablo Acosta o Julia Doyle se unen a una programación que cuenta con pianistas de la talla de Karia Buniashtisvili, Joaquín Achúcarro o el emergente Jan Lisiecki. Muchos alicientes para este excitante agosto musical.