Pete Docter: «Pixar es como el País de Nunca Jamás»

Entrevista con el director de la última joya de Pixar, 'Del revés'

Pete Docter, fotografiado en Madrid el miércoles 15 de julio.

Pete Docter, fotografiado en Madrid el miércoles 15 de julio. / EFE / J. J. GUILLÉN

NANDO SALVÀ

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Pete Docter es uno de los talentos pioneros en los estudios Pixar y uno de sus autores más celebrados desde que dirigió Montruos S.A. (2001), primero, y Up (2009), después. Si ambas películas lidiaban en parte con la amargura que crecer provoca, ahora Docter ha convertido esa idea en el asunto central de su nueva y maravillosa película. Del revés cuenta lo difícil que resulta para una niña de 12 años, Riley, cambiar de casa, colegio, ciudad y vida en general desde un punto de vista increíblemente singular: el interior de su propia mente.

-Señor Docter, ¿es cierto que la principal inspiración de la película es su propia hija?

Sí. Solía ser una niña muy alegre y vivaracha pero al cumplir 11 años se convirtió en una persona callada y solitaria. Y eso me dio mucho miedo porque yo mismo fui un niño con problemas de sociabilidad. Me doy cuenta de que nada me ha afectado tanto en la vida, a nivel personal y artístico, como ser padre, en buena medida porque durante buena parte de mi vida me he comportado como si aún tuviera 10 años. De hecho, construimos Pixar a la manera de nuestra propia versión del país de Nunca Jamás. Pero ser padre te pone en tu sitio.

-Las emociones que gobiernan a Riley son Alegría, Tristeza, Miedo, Asco e Ira. ¿Cómo las escogió? 

-Nadie sabe cómo funciona la mente humana, ni siquiera los psiquiatras o los neurólogos. Y no hay consenso acerca de cuántas emociones existen. Hay quienes aseguran que existen 27, otros identifican tan solo cuatro. Me pareció que incluir 27 emociones en la película sería una barbaridad, así que al final optamos por esas cinco, que son responsables de las cosas más importantes de nuestras vidas.

-Sobre el papel, situar una película en el interior de la mente humana suena a idea comercialmente suicida. ¿En algún momento lo sintió usted así?

-Ya lo creo. Porque por un lado debes ser capaz de crear un paisaje mental que resulte tan creíble como sea posible, pero por otro debes hacer que conceptos increíblemente complejos sean accesibles para los niños, que den lugar a la comedia y el drama. Y, al fin y al cabo, el personaje clave en la historia que Del revés cuenta es Tristeza. Cuando fui a venderle la idea a John [Lasseter, cerebro de Pixar], pensé que iba a despedirme.

-¿Y por qué es Tristeza tan importante?

-Nuestras vidas están llenas de miseria y tragedia, incluso para quienes son ricos y famosos. Y nuestra sociedad trata de evitar la tristeza, no queremos afrontarla. Y eso es como esos atletas inyectarse que se inyectan cortisona en una lesión para seguir entrenando: al final el daño será mayor. Es necesario que sintamos dolor, y que sintamos tristeza, para cerrar las heridas que la vida nos inflige.

-Del revés es profundamente emotiva. Up, su anterior película, también lo era. ¿Disfruta haciéndonos llorar?

-Tal y como yo lo veo, tendemos a acordarnos más de las cosas que nos provocan emociones. Si un perro te mordió cuando tenías 3 años, seguro que te acordarás durante toda la vida. Pero es posible que no te acuerdes de dónde dejaste las llaves del coche ayer mismo. Y yo quiero que el público se acuerde para siempre de mis películas.

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