La crisis devora el 31% del mercado del libro desde el inicio de la crisis

La caída desde 2008 ha sido aún mayor en literatura (35%) y diccionarios (72%)

Puestos en el día de Sant Jordi

Puestos en el día de Sant Jordi / JORDI COTRINA

ERNEST ALÓS / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una vez acabada una batalla (que no una guerra; esta sigue) llega el momento de formar y hacer recuento de bajas. Y redactar la cuenta del carnicero, que decían los británicos. Pues bien, el informe del mercado del libro en el 2014, presentado este martes por la Federación de Gremios de Editores de España, concluye que la carnicería ha sido notable desde el último año de euforia, el 2008, hasta el 2014, cuando se estabilizó el mercado en sus nuevas dimensiones, y el 2015, cuando este respiro ha llegado también a los géneros más maltratados, que aún seguían cayendo en el año anterior. El resultado es que la facturación en el 2014 fue inferior en un 31% respecto al último año de la burbuja de papel. Y que este adelgazamiento drástico ha sido aún mayor en los sectores más maltratados (-35% en la literatura y 

-72% en los diccionarios y enciclopedias) y en los canales de venta en regresión más acusada (quioscos -66% y clubs de lectores -58%).

En la presentación anual de los resultados del gremio tocaba dar la buena nueva. En el año 2014, el sector del libro español facturó 2.195 millones de euros, un 0,6% más que en el ejercicio del 2013. Un indicio del inicio de la recuperación tras años de caída. ¿Cómo? Si en los últimos meses editores y libreros aseguraban que en el 2014 la caída siguió produciéndose, aunque de forma más moderada, y que la estabilización (que no recuperación, aún) no había llegado hasta el 2015... Lo cierto es que ese 0,6% de incremento en el 2014 se logró gracias a la renovación de libros de texto debido a los azares del calendario de la reforma educativa (el incremento fue del 3,1%), al libro infantil (una subida del 3%), del libro práctico (un 3,2%) y al libro científico y técnico (un 16,8%).

Sin embargo, los géneros y canales de venta a partir de los que se forma el estado de opinión sobre la situación del sector (la literatura, y las ventas en librerías) siguieron cayendo en el 2014 (-4,6% y -3,4% respectivamente). Al parecer, y solo al parecer, también estos eslabones débiles han empezado a reforzarse en el 2015. A falta de dados fiables, el presidente de la Federación de Gremios de Editores de España, Daniel Fernández, ha esgrimido los resultados del día de Sant Jordi y de la Feria del Libro de Madrid (con incrementos de entre el 4% y el 6%) como indicador.

Los repuntes o caídas del año anterior, con todo, dicen poco de cuál ha sido el coste de la contracción del mercado del libro en los últimos años. En algunos casos se producen recuperaciones después de desgastes sostenidos, en otros pequeñas caídas de sectores que se habían comportado relativamente bien. La caída de las ventas del libro literario en el 2014 no hace más que proseguir, aunque con menor intensidad, una desafección de los lectores ante la ficción impresa que ha supuesto una caída de las ventas del 35,3% desde el año 2008, solo un poco superior al 30,6% que ha perdido el cómic. El repunte en el 2014 del libro infantil y juvenil viene después de que este sector haya capeado la crisis con menos daños que el resto del sector (una pérdida del 15,6%), a pesar de que muchas veces se crea que durante este año haya vivido un auténtico boom. Unas cifras parecidas a las del libro práctico. Y hay sectores que caen poco porque difícilmente pueden caer más: los diccionarios y enciclopedias se venden un 72% menos que seis años antes.

En grandes cifras, el último año dorado de la edición en España, el 2008, las empresas del sector facturaron 3.185 millones de euros. En el año 2013 se tocó fondo con 2.181 millones y en el 2014 las cifras se estabilizaron en 2.195 millones de euros. na contracción a la que los editores han respondido ajustando tiradas (la media ha pasado de 3.790 ejemplares a 2.886 en cinco años), precios (el importe medio es de 14,29 euros) y (en el caso del castellano, pero no del catalán) número de novedades.

La información facilitada por el gremio ha hecho balance a medio plazo comparando los resultados del 2014 con los del año 2010, y no con los del año en que se tocó techo y se inició la crisis, por lo que el balance presentado en estas páginas, tomando como referencia el año 2008 es ligeramente más negro que el planteado ayer por los editores. Y eso sin contar que el estudio del comercio interior de la federación acarrea históricamente la sospecha de presentar unas cifras ligeramente más optimistas de la realidad asumida por editores y libreros).

Para Daniel Fernández, estos datos muestran que el sector está experimentando una «recuperación tímida» en términos económicos, pero para que «pase de cierta recuperación a una recuperación cierta» sería necesario aplicar toda una serie de políticas públicas a favor de la lectura, y de la protección de los derechos de autor que atajen la convicción entre gran parte de la población de que es correcto descargar libros de forma pirata, sin que puedan recuperar ni un euro de su trabajo ni el autor ni las empresas y profesionales que trabajan en el sector.

El Plan de Fomento del Libro y la Lectura presentado el pasado mes de abril al Gobierno incluía medidas como el desarrollo de las redes bibliotecarias públicas, el fomento de la lectura en las aulas, la equiparación del IVA del libro de papel (actualmente del 4%) y del libro digital (del 21%) y la persecución efectiva de las webs que vehiculan millones de descargas ilegales. HMientras, el comercio del libro electrónico va subiendo a su ritmo, hasta alcanzar los 110 millones de euros, el 5% del mercado y un 37% más en dos años. Aunque estamos hablando del comercio; las descargas ilegales, según la vicepresidenta de FGEE, Rosalina Díaz, estarían suponiendo pérdidas de entre 125 y 150 millones de euros para el sector. El libro electrónico ya ha superado en ventas al libro de bolsillo, que tras caer año tras año se ha quedado en una facturación de 103,8 millones de euros, el 4,7% del mercado. Algo que sucede en todos los mercados internacionales: el libro cuyo valor material es menor, en el que importa más la lectura inmediata que la conservación del objeto, es el primero que en buena lógica debería ser canibalizado por el e-book.

En cuanto a canales de venta, las librerías han perdido el 27% de sus ventas desde el 2008, las cadenas el 22%, los hipermercados el 34%, los clubs de lectores el 58% y los quioscos el 66%.