Jude Law: "Me ha gustado ser un bufón en 'Espías'"

Jude Law, carismático y camaleónico como pocos, se viste ahora el traje de agente secreto en Espías: una hilarante comedia de acción dirigida por Paul Feig en la que comparte estrellato con el action-heroe Jason Statham y la reina del humor Melissa McCarthy. En el filme, que se estrena este viernes, Law interpreta a un superagente de la CIA en una divertida trama en la que McCarthy, fabulosa, pasa de ser una apacible analista a espía de armas tomar.

-¿Cómo combinó el sofisticado mundo del espionaje con el humor? 

-Desde el principio Paul (Feig) dejó muy claro cuál iba ser el tono de la película: no se trataba de hacer una parodia del cine de espionaje, sino algo real. El humor surge de las situaciones tan incongruentes en las que se meten los protagonistas de la historia. En mi caso, tenía que pretender conocer este mundo tan sofisticado del espionaje y al mismo tiempo ser el bufón de la historia, algo que me ha encantado hacer.

-¿Cómo fue con trabajar con una cómica como Melissa McCarthy?

-Ella es un fenómeno y la razón principal por la que quise trabajar en esta película. Soy un gran admirador suyo. Lo más difícil de mi trabajo fue tratar de seguirla y estar a su altura poniendo siempre cara de póquer. Tenía que aguantar la risa hasta el final de la toma para no arruinar todo su trabajo.

-¿Y qué me dice de las escenas de acción? 

-Fueron muy divertidas. Me encanta hacer este tipo de cosas. Me gusta estar en buena forma física, practicar deportes y comer sano. Por eso antes de empezar el rodaje ya estaba preparado para ello. De todos modos, debo decirle que la escena que abre la película, por ejemplo, nos llevó diez días filmarla. Arruiné bastantes pantalones (risas).

-¿No necesitó la ayuda de Jason Statham?

-No, porque mis escenas las filmé antes de que llegara él al rodaje. Así que ya era tarde para recibir sus sabios consejos. Los errores ya los había cometido (risas).

-¿Soñó alguna vez con ser espía?

-Yo soñaba con ser muchas cosas, astronauta, policía y espía, por supuesto. De pequeño quería ser de todo. Por eso me dediqué a esta profesión, la de actor, porque me permite vivir muchas experiencias y también reírme de mí mismo.

-¿Le gustaría cambiarse por el Jude Law de hace 20 años, ese que ocupaba las portadas de las revistas y era adorado por las mujeres de todo el mundo?

-No, prefiero el de ahora. Me intriga ese joven que fui en otro tiempo, lleno de entusiasmo y ganas de comerse el mundo. Pero me siento mucho mejor porque cuento con el mismo entusiasmo por hacer cosas, pero he añadido experiencia y algo de sabiduría.

-Y una buena colección de personajes. ¿Le queda alguno por interpretar?

-Ninguno en especial, pero sigo teniendo una gran curiosidad por hacer cosas nuevas. La suerte que tengo es que mi profesión y el mundo que la rodea está evolucionando continuamente. Hay nuevos directores, muy jóvenes, con una visión extraordinaria del cine, que ponen muchas ganas en lo que hacen y que quieren trabajar conmigo. Estoy desarrollando muchos proyectos con mi compañía de producción, preparando películas con jóvenes directores y quizá en el futuro decida dirigir yo también.

-Tengo entendido que va a interpretar a un Papa y también entrará en la leyenda del Rey Arturo. ¿Qué nos puede contar de ambos proyectos?

-El primero de ellos es con Paolo Sorrentino, un director por el que siento una gran admiración. Se trata de la elección de un nuevo Papa. En este caso es un norteamericano, de 40 años, que es elegido Papa y que empieza su labor con una gran crisis de identidad. Un hombre, en fin, con ideas muy extremas que quiere cambiar la estructura del Vaticano. El segundo proyecto es con Guy Ritchie: se trata de fragmentar la leyenda del Rey Arturo en varias entregas, comenzando por su llegado al trono. Habrá otra sobre Merlín y otra sobre Lancelot del Lago. Yo interpreto a Vortigern Pendragon, hermano de Uther, el padre de Arturo. Creo que Guy tiene una visión muy particular de estas leyendas y sin duda va a ser una versión muy refrescante y audaz.