Paisajes en movimiento

Kiasmos, proyecto bailable de Ólafur Arnalds con Janus Rasmussen, expondrá este viernes su techno sentimental en el Sónar

Janus Rasmussen (izquierda) y Ólafur Arnalds, en una fotografía promocional de Kiasmos.

Janus Rasmussen (izquierda) y Ólafur Arnalds, en una fotografía promocional de Kiasmos.

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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El islandés Ólafur Arnalds se ha ganado una fama como compositor de contemporánea teñida de pop y electrónica a bajas revoluciones. Pero Arnalds también puede pisar -suavemente- el acelerador: véase su proyecto de techno sentimental Kiasmos, en alianza con su paisano Janus Rasmussen. Imaginen el material habitual de Arnalds, solo que con un pulso constante que impele a coger el coche y conducir. No es un sueño: existe y sonará en directo este viernes en SónarHall (19.00 horas).

Según Rasmussen, todo empezó por mera diversión. Conoció a Arnalds porque ejerció como ingeniero de sonido de Bloodgroup, su grupo synth-pop. Acabó yéndose con el grupo de gira como técnico de mezclas, y salieron a la luz muchas afinidades: «Descubrí que los dos éramos amantes de la música de club, pero nunca habíamos hecho nada en esa línea. Y decidimos juntarnos de vez en cuando para hacer beats y pasar el rato. Nada serio, más bien al contrario».

Sin embargo, la buena recepción de un 'maxi' compartido con Rival Consoles y del siguiente 'Thrown', así como la creciente fama de Arnalds, convirtieron el divertimento en algo muy serio. Y el sello Erased Tapes se empeñó en que hicieran un álbum: «Lo hemos hecho en esencia porque ellos querían». Y sin embargo, no suena expeditivo, hecho por cumplir, sino intenso, sentido, íntimo pero espectacular, como una de las bandas sonoras imaginarias (o no) de Ólafur Arnalds en clave bailable.

'Kiasmos' es su adaptación del término quiasmo, figura retórica que consiste en ordenar de forma simétrica o cruzada los elementos que componen dos grupos de palabras. Por ejemplo: «No preguntes lo que tu país puede hacer por ti, pregúntate lo que tú puedes hacer por tu país», como dijo John F. Kennedy en su discurso de toma posesión de 1961.

Parece un nombre adecuado para un proyecto en el que dos elementos (clásica y electrónica) no se enfrentan, sino que hallan formas de combinarse pulcramente. Pese a lo que pueda imaginarse, Ólafur no se encarga necesariamente de la clásica y Janus del bombo: «Es más complicado que eso. Todo es compartido y cada corte arranca de forma diferente».

Para Rasmussen, músico curtido en el pop, trabajar sin voces ha sido un pequeño desafío: «Estoy acostumbrado a hacer discos 'poppy', y de repente, encontrarme sin el elemento vocal era un poco desorientador. Sin embargo, enseguida me acostumbré. Vi que, con o sin voces, al final hacer cualquier tema musical, del estilo que sea, supone contar una historia. Conducir al oyente de un sitio a otro».

'Kiasmos', el disco, conduce sobre todo a paisajes helados, majestuosos, melancólicos. En otra palabra: Islandia. «¡Y tampoco es la intención, en realidad! Pero a los grupos de la escena islandesa nos sale música que recuerda a Islandia».