Dover: «No pretendemos volver a 1997»

El grupo madrileño retoma el pulso rockero con 'Complications¿, disco que presentan en Bikini

Dover, en una imagen promocional, con Cristina Llanos a la izquierda.

Dover, en una imagen promocional, con Cristina Llanos a la izquierda.

JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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Casi cinco años después de su discutido giro ‘afro-pop’, los madrileños retoman el pulso rockero con ‘Complications’, disco que presentan este jueves en Bikini (21.00 horas). Habla su cantante, Cristina Llanos.

-Su última gira, en la que revisaban su disco más popular, 'Devil came to me' (1997), ya presagiaba este regreso a las guitarras rockeras.

-Seguro, nos volvimos a meter en la onda. La idea de hacer una gira con ese material nos había dado pereza, pero ya había pasado suficiente tiempo para que nos volviera a parecer divertido. Sí, influyó seguro.disco-pop funcionó, pero el afro, no. ¿Tiene el grupo esa percepción?

-Vienen de un ciclo discográfico muy cambiante. Ha quedado la sensación de que el giro

-Sí, sí, es así, de hecho. 'Follow the city lights' tuvo mucho éxito comercial e 'I ka kené' prácticamente ninguno. -Ahí está el quid de la cuestión. No siempre se puede encajar con el público. Y lo que no puedes hacer es negarte un impulso creativo por la posible repercusión. Eso, además, es imposible de medir, y si los artistas se pasaran el tiempo intentando resolver la ecuación del éxito, al final no harían nunca nada.

-¿Y lo consideran fallido desde el punto de vista artístico?

-Una carrera de largo recorrido, ¿no incluye tener presente, o intuir, lo que van a desear tus seguidores?-Creo que no. Puede sonar raro, pero cuando haces una canción lo último que piensas es en el público. Luego deseas que llegue a cuanta más gente mejor, pero si no es así, qué le vamos a hacer. Es como cuando te gusta alguien y quieres gustarle, y haces cosas raras, o intentas cambiar para encajar con lo que crees que le puede gustar. Pues es una palmada.

–'Complications' es, no obstante, distinto a 'Devil came to me': más vitalista y pop. ¿Un disco con el que decir «no habéis podido con nosotros, allá vamos y con una amplia sonrisa»?

-No hacemos un disco para mandar un mensaje a nadie, ni como revancha. Y en ningún momento pretendemos volver al sonido de 1997, imitándolo, porque sería aburridísimo. Sí, el disco es mucho más luminoso.

 -Sí, incluso a The Breeders, Veruca Salt o Pixies. Refleja el lado más pop del grunge, desde luego. Aunque en este disco me he fijado en gente anterior, como The Cars o Joan Jett. Me compré un amplificador que tenía puesto una especie de reverb que no sabía quitar, un efecto que me sonaba a ochentas. Me gustó y, aunque al final aprendí a eliminarlo, decidí mantenerlo porque me inspiraba. -En la última gira vimos a público muy joven, que ni siquiera había nacido en la época de 'Devil came to me'. Nuestra música siempre ha tenido algo que atre a los muy jóvenes. ¡Con 'Follow the city lights' había menores de 10 años! Sí, ahora hay tanta variedad en entretenimiento que el público se dispersa, aunque si saliera algo como Nirvana, eso es fuerza bruta de la naturaleza y puede con todo.

-Más cercano a L7 que a Mudhoney.

-Dover surgió en pleno auge del rock alternativo, tras el éxito de Nirvana. ¿Referentes que pillan lejos a las nuevas generaciones?

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