La bendición de Plensa

El escultor catalán expone sus últimas creaciones en la iglesia de Sant Giorgio Maggiore, obra del renacentista Andrea Palladio

Retrato real 8La pieza titulada 'Mist' está inspirada en el rostro de una niña china de Barcelona.

Retrato real 8La pieza titulada 'Mist' está inspirada en el rostro de una niña china de Barcelona.

NATÀLIA FARRÉ / VENECIA

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Si Dalí luce en el pabellón de España, Jaume Plensa lo hace en una de las grandes obras que llevan la firma del arquitecto renacentista por excelencia: Andrea Palladio. En San Giorgio Maggiore, la misma iglesia donde desde hace tres siglos cuelgan los últimos óleos que salieron de la mano de otro de los grandes, Tintoretto, el escultor catalán expone sus últimas creaciones. Una gran cabeza realizada con malla de acero inoxidable, Mist, y una mano, Together, formada con las letras de ocho alfabetos -chino, árabe, hebreo, hindú, cirílico, japonés, griego y latín-, también construida con acero inoxidable. Un material que en el que Plensa busca «la transparencia y el vacío», afirma.

Together, que cuelga de la cúpula y cae frente al altar, reproduce la mano del artista en actitud de bendecir; y el rostro de una niña de ascendencia china nacida en Barcelona es lo que copia Mist. El primero «es un retrato espiritual», el segundo «es un retrato real», asegura el artista. La mano, además, permite a Plensa hablar de comunicación y de espiritualidad: «Las religiones de todas las culturas del mundo las utilizan». Mientras que la cabeza le permite evocar «la luz interior de los cuerpos que ilumina el mundo y la vida». Dos piezas que el escultor afirma haber realizado pensando en la función del edificio: «una iglesia abierta al culto». Pero no son las únicas que expone. Hay más: cinco impresionantes cabezas de alabastro de dos metros de altura y tres dibujos de grafito completan la muestra, pero estas no se exhiben en la basílica sino en un anexo.

La participación en la Bienal, la tercera, pilla a Plensa en medio de varios proyectos. Ahí están EEUU, Corea y México esperando sus próximas piezas. También Barcelona, la ciudad qua aún no tiene una gran escultura del artista que en 2013 fue galardonado con el Velázquez -además de con el Premio Nacional de Artes Plásticas- por sus grandes intervenciones en el espacio público. No la tiene pero lo tendrá o eso espera Plensa. La petición del alcalde está hecha y el proyecto a punto. Pero las elecciones y una «situación sensible para gastos» retrasan el momento. Aunque la idea es que el artista regale el proyecto y el capital privado pague su construcción. Se trata de «una pieza maravillosa -afirma el escultor- con la que la gente se volvería loca». «Una pieza -continúa- que la ciudad necesita. Algo que no sirva para nada que al final es lo que más sirve. Hay que dejar descansar a Gaudí, que se lo ha ganado». 

El encargo le llegó hace dos años, cuando realizó el cartel de La Mercè: «Entendí que me pedían algo icónico porque Barcelona ya tiene esculturas muy bonitas así que he planteado algo muy ambicioso». Y hasta aquí explica Plensa. Nada sobre el tema, el material o la situación. Aunque sus últimas creaciones y la palabra «ambiciosa» permiten echar la imaginación a volar: ¿Por qué no una gran cabeza de malla, como las últimas que ha realizado y que emerge del agua como las que presentará el día 20 de mayo en Nashville, EEUU?

59 años de espera

Ni sí ni no, ni todo lo contrario. Silencio total. Bueno, algo sí dice. «El lugar donde la he planteado es el lugar. Lo sabía desde niño. He esperado 59 años, así que puedo esperar alguno más». Tampoco está claro lo que deberá esperar para ver hecha realidad la exposición que conlleva el Premio Velázquez. De momento no hay retrospectiva pero sí una propuesta para exponer a la vez en el Palacio de Cristal del Museo Reina Sofia y la Capella del Macba para el 2017.