El mundo en sus manos
Joss Whedon reúne al superheróico 'dream team' de la factoría Marvel en 'Vengadores: La era de Ultron'
Pensándolo bien, los mejores momentos de 'Los Vengadores' (2012) no eran aquellos que enfrentaban a los superhéroes del título contra un ejército de invasores alienígenas, sino los que los juntaban en una habitación y los enfrentaban entre sí con mucha a base de pullas. Esos momentos de humor envenenado llevaban la firma inconfundible del director Joss Whedon, creador de ficciones como 'Buffy, cazavampiros' o 'Serenity' –y autor de culto en general- que vio en el las criaturas de Marvel la oportunidad de crear otra de sus familias disfuncionales de seres extraños. Es fue lo que convirtió aquel 'blockbuster' en una película llena de personalidad a pesar de pertenecer a un universo mucho mayor que ella misma y, en concreto, de tener el difícil cometido de funcionar a modo de astro rey de todo un sistema solar de lucrativas sagas de superhéroes como Iron Man o Capitán América que han convertido a Marvel en un emporio sin precedentes en la historia de Hollywod.
Aquella película recaudó más de 1.000 millones de dólares, por lo que posiblemente las consignas recibidas por Whedon a la hora de dirigir la continuación que se estrena este jueves fueran claras: cuantos menos desvíos de la fórmula, mejor. A pesar de ello, en 'La era de Ultron' hay poco rastro de esos ratos tontos de charleta. Porque no solo reúne al sarcástico millonario Tony Stark (Robert Downey, Jr.), el supersoldado descongelado Steve Rogers (Chris Evans), el dios nórdico Thor (Chris Hemsworth), la asesina reformada Natasha Romanoff (Scarlett Johansson), el impasible arquero Hawkeye (Jeremy Renner) y el gigante verde ocasional Bruce Banner (Mark Ruffalo). También incorpora personajes secundarios prestados de otras películas de Marvel y otros nunca antes vistos en una pantalla grande. En otras palabras, hay muchas presentaciones que hacer y muchas coreografías de acción gigantescas que acomoden a tanta gente. «No me canso de repetir que mi próxima película será solo sobre un hombre y un perro, y a lo mejor me olvido del perro», bromea Whedon, o probablemente no.
Inteligencia artificial
La mecha narrativa de 'La era de Ultron' son los intentos de Stark de construir una inteligencia artificial pacificadora capaz de detectar amenazas apocalípticas y destruirla. En otras palabras un plan de jubilación para sí mismo y sus compadres que se revela como una malísima idea cuando, cual monstruo de Frankenstein, el robot del título resulta tener su propia idea sobre qué es una amenaza. Su filosofía es: cuando no haya más personas no habrá más guerras, y será trabajo de los Vengadores hacerle cambiar de parecer. «En los cómics, Ultron es un personaje algo unidimensional. Se limita a destruir y destruir», opina Whedon, que ha dotado el villano no solo de traumas freudianos sino incluso de cierto gracejo. «No hay necesidad de romper nada», le advierte Thor. «Está claro que tú nunca has hecho una tortilla», responde él.
Y si esta película es una tortilla gigante, para cocinarla se han roto más que huevos. A lo largo del metraje, los héroes tratan de cazar a su némesis a lo largo del mundo, de Nueva York a África a Europa del Este, y cada nuevo escenario es una nueva oportunidad para crear escombros. «En todo caso yo quiero humanidad, textura e ideas», matiza Whedon. «Quiero que la película hable de algo. Limitarse a crear un entretenimiento veraniego sería un desperdicio imperdonable de todos los talentos implicados en la película».
Recordemos que 'La era de Ultron' será probablemente la segunda película más taquillera del 2015 -el 'reboot' de 'Star wars' será la primera--. Liderará la taquilla en todos los países donde se estrene, y en los que no -Iran, Corea del Norte- la gente la verá pirateada. La presencia de Whedon de alguna manera pretende funcionar como recordatorio de que el cine de superhéroes no tiene necesariamente que ser pueril y carente por completo de hondura psicológica o emociones adultas. «Hemos tratado de encontrar la oscuridad y las flaquezas en todos estos personajes», explica el director. «Hemos querido hurgar en sus psicologías para desmantelar un poco el equipo que forman».
Demonios personales
En efecto, la película confronta a cada miembro del escuadrón con sus demonios personales: el ego, la mortalidad, el miedo a la intimidad, o la testaruda incapacidad para mantener relaciones adultas y familias y, sobre todo, para admitir que se equivocan. Asimismo, ahora los Vengadores empiezan a comprender las consecuencias que tiene hacer un uso abusivo de la fuerza en nombre de la seguridad nacional, lo que significa que conflictos candentes relacionados con las libertades civiles, el papel de los gobiernos y el derecho a la privacidad serán tratados tanto en la próxima entrega de la saga 'Capitán América' como en la tercera y cuarta entregas de la saga 'Vengadores', a estrenar en el 2018 y el 2019 respectivamente. Whedon no participará en ellas, pero tiene una opinión de adónde se dirige la mitología Marvel: «Será la era más apasionante del cine de superhéroes».
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